El periodista estadounidense, Seymur Hersh, publicó esta semana un nuevo artículo para dar seguimiento a las revelaciones acerca de la responsabilidad del gobierno estadounidense de Joe Biden, en las acciones terroristas que generaron las explosiones en el Mar Báltico que destruyeron el gasoducto NordStream 1 y 2.
El reconocido periodista estadounidense, no quita el dedo del renglón, e insiste, respaldado en nuevos testimonios, que el gobierno de Joe Biden fue el artífice de estas acciones que además de generar una enorme devastación ambiental en este mar, también han provocado una enorme subida en los precios de los energéticos en países como Alemania, que hasta hace unos meses se abastecía de gas natural ruso a través de este gasoducto.
Hersh, quien cita reportes de informantes del área de la inteligencia estadounidense, señala que la visita del presidente alemán Olaf Scholz a Washington hace un par de semanas, fue precisamente para acordar una nueva serie de maniobras para intentar ocultar la verdad.
El periodista, quien reveló años atrás la masacre de Mỹ Lai en Vietnam, donde se supo por primera vez que militares estadounidenses violaron, torturaron y asesinaron a civiles inocentes y después se comprobó que fue verdad, insiste en que sus revelaciones emitidas semanas atrás, son certeras también y provocaron que el gobierno de Biden ideara un plan para tratar de enterrar esta versión.
Biden le teme a la verdad
Hersh, afirma que en coordinación con autoridades alemanas, el gobierno de Biden, por medio del área de propaganda y desinformación de la CIA, ideó una versión, para buscar evadir su responsabilidad en los hechos sucedidos en torno al NordStream.
Fue así que de forma coordinada, el NYT en EEUU, y el famoso diario Die Zeit en Alemania, promovieron a través de sendas «investigaciones» una nueva versión de los hechos, afirmando que un grupo «pro-ucraniano» de origen desconocido, fue quien orquestó los actos terroristas que destruyeron el NordStream.
Estas versiones coincidían también en afirmaciones -sin sustento- donde se intentaba descartar la participación de algún gobierno en estos hechos; e intentando generar la imagen de una agrupación clandestina que actuó de forma independiente.
De hecho, los mismos periodistas del NYT, previamente ya habían fungido como desinformadores de la CIA, y al igual que la versión alemana publicada con escasas horas de diferencia, generaron una nueva narración de los hechos, llena de huecos y contradicciones inexplicables, con el único objetivo de eximir de responsabilidad al gobierno de Biden.
«’Fue una invención total de la inteligencia estadounidense que se transmitió a los alemanes y cuyo objetivo era desacreditar tu historia’, me dijo una fuente de la comunidad de inteligencia estadounidense», señaló el galardonado periodista independiente.
Hersh, al hacer un recuento de los hechos, también puntualiza otras cuestiones importantes, que delatan el temor de los mandatarios alemán y estadounidense, acerca de hablar sobre el caso.
Y es que en la apresurada visita del primer ministro alemán a EEUU hace unos días, no se emitió comunicado oficial, no se permitieron preguntas a la prensa, y únicamente se realizó una rápida entrevista con un periodista de la falaz agencia de desinformación CNN, quien acató la orden de no preguntar nada relacionado al NordStream.
No obstante que al rescatar una entrevista realizada por el periodista Michael Barbaro a Julian Barnes, uno de los reporteros del NYT que firma la nota con la versión del anónimo grupo «pro-ucraniano», destaca el hecho que el reportero, presuntamente ligado a la CIA, deja entrever el origen de la información, al reconocer que se basaron en «fuentes oficiales del gobierno estadounidense con acceso a inteligencia».
«Michael, debería dejar muy claro que en realidad sabemos muy poco, ¿verdad? Este grupo sigue siendo un misterio. Y sigue siendo misterioso no sólo para nosotros, sino también para los funcionarios del gobierno de EE.UU. con los que hemos hablado. Ellos saben que las personas involucradas eran ucranianos, o rusos, o una mezcla. Saben que no están afiliados al gobierno ucraniano. Pero también saben que son anti-Putin y pro-Ucrania», respondió Barnes al entrevistador.
Seymur Hersh, fue incisivo en señalar que el canciller alemán, haya sido o no, alertado con antelación de la explosión intencional del NordStream, «ha sido claramente cómplice desde el otoño pasado en apoyo del encubrimiento por la Administración Biden de su operación en el Mar Báltico».
Imagen de portada generada por el autor vía IA con Craiyon
