A pesar de los llamados hechos por múltiples organismos internacionales, incluida la Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Kenia Hernández continúa como uno de los lamentables casos de presos políticos que prevalecen en el país.
En el marco de las celebraciones de Navidad, diversas organizaciones sociales están denunciando la situación que prevalece en relación con la familia de Kenia Hernández, pues sus dos pequeños hijos de 9 y 7 años de edad, pasarán una navidad más sin su madre, quien sigue siendo secuestrada sin justificación por el estado mexicano.
El caso de la poeta y activista indígena de origen amuzgo, ha causado amplias críticas a nivel internacional, pues representa una flagrante violación a los derechos humanos, así como al derecho a la protesta social.
Sobre Kenia Hernández, pesan severas condenas en su contra, solo por el hecho de haber participado en una protesta civil pacífica en el Estado de México.
Su caso, es uno de los más indignantes ejemplos de la criminalización y el acoso judicial, perpetrado por el estado mexicano en contra de activistas.
En un país, donde mes a mes son asesinados activistas con total impunidad, resulta intolerable que además también se realicen este tipo de actos de hostigamiento, con los cuales se busca perseguir y procesar, a los indígenas que se atrevan a alzar la voz en defensa de sus derechos y sus comunidades.
A pesar de los múltiples llamamientos emitidos por múltiples instancias de derechos humanos, a la fecha el gobierno mexicano sigue haciendo oídos sordos, y mantiene en reclusión en un penal de Morelos, a la destacada activista, quien también ha sido reconocida ampliamente por su labor en defensa de los derechos de los pueblos originarios.
