VERDADES MENTIROSAS… SOMBRAS REDIVIVAS        

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        Nada es nuevo, sino lo ya olvidado.

                 Rose Bertin.

Estados Unidos vive una especie de Déjà vu histórico, como si las décadas de los sesenta y setenta del siglo pasado permaneciesen fantasmales, dueñas de un poder y una fuerza que sólo ostentan y enarbolan los grandes mitos.

Dice un informe policial: El 1 de octubre de 1964 en la Universidad de California en Berkeley, el exestudiante graduado Jack Weinberg estaba sentado en la mesa del CORE. Se negó a mostrar su identificación a la policía del campus y fue arrestado. Se produjo un movimiento espontáneo de estudiantes para rodear el coche de la policía en el que iba a ser transportado. Weinberg no salió del coche policial, y el coche tampoco se movió durante 36 horas. En ese punto, podría haber unos 3.000 estudiantes alrededor del coche.

 Meses y años después cientos de miles de Estudiantes estaban en las calles, unidos a la lucha por los derechos civiles, encabezando la defensa de la libertad de expresión y generando movimientos como el pacifista contra la guerra de Vietnam o el movimiento Hippie, Que incluía la lucha por la libertad sexual, amorosa y de la mujer.

La estela DE Berkeley recorrió todos los ámbitos, a partir de la rebelión estudiantil se congregaron, académicos, religiosos, periodistas, veteranos, médicos y extensas facciones de la sociedad estadounidense. Las formas de protesta fueron desde grandes manifestaciones pacíficas — contra la guerra— a violentos disturbios callejeros y finalmente se extendieron por el mundo.

Todo parece indicar que sus ecos resuenan con fuerza en pleno siglo XXI, en las Universidades de Columbia, de Boston, en Arizona y la Universidad de Bloomington y otras 40 instituciones universitarias, las protestas estudiantiles contra el genocidio de palestinos a manos de Israel, arrecian, crecen en número y fuerza y se extienden a todos los rincones de la sociedad.

La respuesta del ESTADO ha sido la misma que en aquellos años tumultuosos setenteros: la represión, la amenaza, el encarcelamiento, los golpes; el “país de la libertad”  no tolera la libre manifestación de las ideas y no aprendió nada, ni de la historia ni de su pueblo, ni de sí mismo.

En este Déjà vu histórico, la sombra de Berkeley ciega la visión de un poder que rinde culto a la guerra, desprecia la vida humana y tiene su lista de prescindibles. El sionismo gobernante en Estados Unidos, ha decido su “solución final” y con ello despertó a muchos durmientes de la historia entre ellos el episodio que el primero de octubre cumplirá 60 años y desencadeno en revuelta mundial.

La sombra encarna en esta generación combativa, que toma la estafeta de aquella que convirtió el automóvil policíaco, rodeado de miles de estudiantes, en una tribuna en la que se gestaron los movimientos liberadores que tanto preocuparon al sistema:  Numerosos documentos robados por activistas al FBI durante la década de 1970 y otros desclasificados demuestran que el gobierno de Estados Unidos, a través del FBI y otras agencias, espió, acosó y desestabilizó a un sinnúmero de organizaciones contrarias a la guerra —incluyendo a sus líderes, militantes destacados y grupos de simpatizantes—, asociaciones a favor de los derechos civiles y otras organizaciones consideradas disidentes o comunistas. Ahora se añadirá el epíteto de “antisemitas”.

¿Hablamos de 1965 o del 2023? el Déjà vu podría confundirnos.

 

 

 

 


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