“El lenguaje político está diseñado para que
Las mentiras parezcan verdades”.
George Orwell
Hay gente dispuesta a someterse al escarnio público, a permitir que se use su nombre y su imagen para el logro de intereses políticos y económicos de terceros, es gente que somete sin chistar su libertad individual y su dignidad, para exponerse ante la opinión púbica y al consiguiente maltrato, vilipendio y humillación.
Es el caso del grotesco episodio al que se le bautizó por los medios del viejo régimen como “el fenómeno Xóchitl Gálvez”.
Es el hambre del YO insaciable, los minutos de fama que enceguecen, la ambición y la codicia que obnubilan, la búsqueda de reconocimiento y aceptación, aún a costa del ridículo y de su instalación en el YO patético.
En la ausencia total de autoanálisis, autocritica y honestidad intelectual, la Senadora panista Xóchilt Gálvez, saltó en el momento en que Andrés Manuel López Obrador le dijo ¡brinca!; entrampada entre el cretinismo y la perfidia, la política/comediante comenzó a volar, en esta suerte de infantilismo democrático, en el que hay ¡13 aspirantes!, registrados por la coalición de Claudio X.
Xóchitl Gálvez, se echa a soñar por las noches y se miente a sí misma pensando que puede ocupar la presidencia de México y en su vuelo sin rumbo sube un video en donde desde el Zócalo se dirige al Presidente y vaticina que AMLO le entregará la banda presidencial, en los límites de la farsa culmina con la frase “se la recibiré con una sonrisa”
Después de la revelación “mañanera” de que la senadora Gálvez es la elegida del jefe Claudio X. González; la oposición en su conjunto se “comió” la curva envenenada” y se cimbró, la derecha en sus diferentes gamas se convulsionó, la pasarela prianista implota, perdió sentido y credibilidad, mientras tanto, Xóchitl emprende el vuelo y se sumerge en el éter de la VERDAD MENTIROSA y se trasviste de indígena, de luchadora social y hasta de trotskista.
La pasarela se torna desfile grotesco y Santiago Creel llega hasta las lágrimas, vibrante de emoción y confesándose de izquierda, lo mismo que su jefe Claudio X que dice ser más de izquierda que de derecha.
Lili Téllez se baja de la contienda pues ella no simula su derecha extrema, Beatriz Paredes, Enrique de la Madrid, el mismo Creel y otros, están dispuestos a jugar su papel de comparsas.
Entre tanto Xóchitl se desgasta, va tirando leperadas y gracejadas en todos los medios convencionales, twittea permanentemente, enarbola sus “orígenes” indígenas y se “vende” como un producto populachero, entrona, bullanguera y una amazona a la que “no manda ningún cabrón”.
Es significativo que algunos de los precandidatos de la derecha compitan para ver quién es más de izquierda, usen camuflaje de luchadores sociales y feministas, a tal grado que los sectores más extremos los consideran infiltrados de la 4 T como se han expresado los de FRENA y el líder neofascista Eduardo Verastegui de la señora Xóchitl y de otros aspirantes.
La repentina convicción “progre” de la derecha tradicional mexicana es indicativa de que en lo profundo del pueblo está sucediendo una REVOLUCIÓN DE LAS CONCIENCIAS, paulatina e irreversible.
La oligarquía pretende romper la base social de la 4 T disfrazando a sus partidos y a sus huestes de “izquierdistas” y creen que un perfil como el de la empresaria/senadora/comediante, se ajusta a lo “populachero” a lo “naco” en su lenguaje discriminatorio; la operación “fenómeno Xóchitl” es sin duda una operación clasista y racista.
Disfrazada con una botarga de dinosaurio entró al congreso, pretendió encadenarse y participó en la toma del PAN del recinto legislativo, en donde por la noche organizó un bailongo y simuló un trio sexual con sus compañeros de bancada, riendo desaforada y repitiendo la frase “que no vea esto mi marido”, eso hacía de senadora ¿qué hará de candidata del PRIAN? Y sobre todo ¿qué hará cuando despierte?
El telón del gran drama ha sido levantado, a veces tomará aspectos de comedia y hasta de farsa, a veces habrá melodrama, esperemos que no termine en tragedia.
