Viva en donde viva
un cubano siempre estará en una isla.
José Lezama lima
Gerardo Lara
Sirva el título del artículo, parafraseando al inmenso poeta cubano Virgilio Piñera, para adentrarnos a la mitología insular que sirve de guía y esencia al pueblo cubano.
La próxima visita del presidente de México a Cuba reaviva el debate sobre el carácter del régimen de la isla por antonomasia, polariza las opiniones que van del odio recalcitrante a la Revolución cubana hasta el amor incondicional a la misma.
Nunca sabremos que hubiese ocurrido de no existir el infame bloqueo comercial, social, político y mercantil que impusieron los Estados Unidos sobre Cuba: ¿Se hubiese desarrollado la felicidad socialista? ¿Hubiera caído el régimen de Fidel Castro? Son algunas de las incógnitas más severas de la historia.
No cabe duda que antes de la irrupción de los revolucionarios de la Sierra Maestra, Cuba era un congal de los Estados Unidos, un centro de apuestas, vicio y prostitución, gobernada por un títere del imperialismo: Fulgencio Batista, esto no está a discusión pues las evidencias históricas son contundentes; Estados Unidos se ha creído desde la Independencia cubana, el dueño de Cuba.
El país imperialista, racista, clasista y criminal por antonomasia decretó un embargo arbitrario y descomunal hacia el pueblo cubano creyendo que así iba a doblegar su voluntad de libertad e independencia, ese embargo se ha ido endureciendo con los años, llegando a un status criminal que pretende matar de hambre y carencias al pueblo sonero y libertario. Estados Unidos comete un crimen de lesa humanidad y me pregunto ¿por qué no deja en paz a Cuba y deja que sean los cubanos quienes elijan su destino? Tal vez de esa manera ya hubiese caído el régimen que tanto detestan.
Sin embargo a los Estados Unidos nadie lo bloquea, a pesar de ser uno de los países que más atentan contra los derechos humanos, en donde hay más miseria y menos educación y en donde el fascismo ha crecido como en ningún otro país del continente americano, vaya que el régimen “autocrático” de Estados Unidos tiene mucho que resolver pero eso sí, son grandes amigos de Arabia Saudita y las Petro monarquías en donde se pisotean los derechos humanos, se trata a las mujeres como objetos y están muy lejos de practicar la democracia.
Por cierto, Estados Unidos se maneja con una “democracia” del siglo XVII que no respeta el voto de las mayorías y en la que los ganadores suelen ser electos sólo por una minoría; es un país antidemocrático, tiránico y de extrema derecha; tal como lo demuestra la nueva guerra en Ucrania, fraguada en las cloacas infectas del pentágono.
En su prepotencia soberbia y ceguera Estados Unidos no entiende que Cuba es invencible, pues lleva en su sangre las palabras del inconmensurable poeta José Martí: “El que sabe desdeñar su vida, sabrá siempre honrarla”. o esta otra: “El dolor es la sal de la gloria”. Vaya que el pueblo cubano ha sabido cubrirse de gloria.
AMLO visitará Cuba siguiendo una tradición de la política exterior mexicana, desde que Adolfo López Mateos se negó a condenar a la Revolución cubana; la derecha servil y reaccionaria de México que traiciona a la patria en cada paso llenara de infundios y calumnias la histórica visita y le echarán más leña al fuego de la polarización, los prianistas y sus satélites son cavernícolas de quinta que desconocen la hermandad indisoluble de dos pueblos a los que el dolor los acerca a la gloria; no soportan EL PESO DE LA ISLA porque son simples marionetas del imperialismo, lo peor de lo peor del no pensamiento humano.
¡Que viva el son del alma cubana!
