Uno de los mayores escándalos de la historia de la medicina, está teniendo un episodio clave en estos días, después de que formalmente la comisión que lidera las investigaciones del Covid-19 de parte del gobierno de los EEUU emitiera un reporte con varias conclusiones, donde se incluye deshabilitar e investigar penalmente a Peter Daszak, el científico que la Organización Mundial de la Salud (OMS) había nombrado años atrás para liderar un equipo de investigación para determinar el origen del virus causante del Covid-19.
Aquella determinación de la OMS ya había causado gran controversia, pues Daszak, era también el director de EcoHealth Alliance, y precisamente uno de los principales sospechosos de haber dado origen al virus del Covid-19 en el Instituto de Virología de Wuhan (WIV). Por supuesto, sus investigaciones liderando al equipo de la OMS, concluyeron que «no había indicios de origen artificial», tras revisar precisamente su propio laboratorio.
Se trata de un tema que debería ser portada de todos los periódicos, pues se está avanzando cada vez más, rumbo a reconocer finalmente que el virus que mató a más de 7 millones de personas en todo el mundo, y causó devastadores efectos económicos, habría surgido de este laboratorio de alto nivel de bioseguridad (BSL-4) en Wuhan, China.
El SARS-CoV-2 y la receta DEFUSE
Esto, que años atrás era abordado por científicos «disidentes», que eran tildados de «conspiranoicos» por la maquinaria mediática y los influencers de la BigFarma, no solo es finalmente reconocido abiertamente por comisiones oficiales gubernamentales, sino también algunos de los más prominentes periodistas científicos del mundo, lo vienen desarrollando de forma cada vez más amplia.
«La historia de la década», titulaba hace unas semanas su artículo Nicholas Wade, quien fuera por muchos años el editor en jefe en temas de ciencia en el New York Times, y donde hacía un resumen de cómo diversos científicos independientes, habían seguido con precisión la pista del origen del virus del Covid-19, descifrando cual era precisamente «la receta» para su origen.
"Both Beijing and Washington have covered up information about the origin of SARS2."
"Washington’s obfuscation has been aided by…[complicit]…intelligence agencies…and by a mainstream press too opinionated and ignorant of science to understand the story of the decade." https://t.co/2LgmHJZAbtpic.twitter.com/P5XKupDNYP
Más allá de las investigaciones que años atrás hiciera el colectivo de científicos DRASTIC, en meses recientes fueron clave también los aportes de los investigadores Valentin Bruttel, Alex Washburne, y Antonius VanDongen, quienes publicaron un artículo científico, explicando el posible mecanismo que habría dado origen al virus del Covid-19, el llamado proyecto DEFUSE, que originalmente era investigado precisamente por Daszak y EcoHealth.
Meses más tarde, la organización estadounidense Right to Know, tras insistentes solicitudes de transparencia, logró recuperar documentación clave, que revelaba precisamente los trámites que había seguido Daszak y su camarilla, para obtener financiamiento de DARPA para las investigaciones de DEFUSE.
Lo que Bruttel y sus colegas habían encontrado, siguiendo también los señalamientos de otros científicos independientes, era que el virus causante del Covid-19, el SARS2, o conocido también como el SARS-CoV-2, estaba conformado de seis piezas sintéticas de ADN.
Cabe señalar que nunca se ha encontrado el antecedente vírico de este virus en un entorno natural, y es que precisamente es muy posible que nunca hubiera estado en la naturaleza, pues los científicos encontraron que generar estos seis fragmentos, era posible mediante una técnica de laboratorio, que precisamente era objeto de estudio de los científicos que experimentaban con virus en Wuhan.
No solo eso, este método de ensamblaje del virus, se podía conseguir a partir de enzimas de restricción conocidas como BsaI y BsmBI, las cuales precisamente había solicitado comprar Daszak para la propuesta DEFUSE.
Comité Especial de los EEUU emite conclusiones clave
Todas estas evidencias, que la comunidad científica ya ha venido reconociendo de forma cada vez más consensuada, obligó al gobierno de los Estados Unidos, a emprender una investigación formal al respecto, siendo la entidad encargada de realizarlo, el Subcomité Especial de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos sobre la Pandemia de Coronavirus (@CovidSelect).
Y este 1º de mayo, después de meses de investigaciones, finalmente el comité presentó los resultados de su «Evaluación de Evidencia acerca de las actividades de EcoHealth Alliance y sus Actividades de Investigación».
🚨NEW 🚨
Today, @COVIDSelect released a staff-level report recommending EcoHealth Alliance President Dr. Peter Daszak be formally debarred and criminally investigated as a result of his actions prior to and during the COVID-19 pandemic.
— Select Subcommittee on the Coronavirus Pandemic (@COVIDSelect) May 1, 2024
En las conclusiones del reporte de 59 páginas, el cual ha sido abierto al público, se establece como punto central, la recomendación de que Peter Daszak, presidente de EcoHealth Alliance, sea inhabilitado de inmediato, y formalmente investigado penalmente por sus acciones antes y durante la pandemia del Covid-19.
En el informe, se exponen de igual forma las «debilidades sistémicas de los institutos de salud», por haber permitido el financiamiento de esta empresa, para realizar peligrosas investigaciones de «ganancia de función» en Wuhan.
Cabe recordar que este mecanismo de «ganancia de función» que permite potenciar las capacidades tóxicas y/o transmisivas de un virus, ya también venía siendo denunciada desde hace años por diversas organizaciones, y es un tema clave que sigue causando controversia, pues en realidad también se sigue llevando a cabo de parte de otras instituciones y empresas dedicadas -presuntamente- a la salud.
Dentro de los hallazgos del subcomité estadounidense, se confirmó que EcoHealth utilizó dólares de los contribuyentes de dicho país, para estas investigaciones de «ganancia de función», pero además violó los términos de la subvención con el NIH, al no informar detalles cruciales de los potencialmente peligrosos experimentos llevados a cabo en Wuhan.
Las investigaciones también concluyeron que Daszak hizo múltiples omisiones en sus reportes al NIH, e incluso engañó a la institución acerca de la ubicación de sus muestras de laboratorio.
Este reporte es clave, no solo por los hallazgos del comité, sino porque incluye también testimonios de científicos que jugaron un papel crucial en el desarrollo de las investigaciones previas. Además del mismo Daszak, testificó también Ralph Baric, uno de los científicos expertos en este tipo de procedimientos virales, y que también tenía colaboraciones con Daszak y su socio chino Shi Zhengli.
Las declaraciones de Baric, vienen también a reforzar la hipótesis de la creación artificial del virus, coincidiendo con la «receta» que ya había sido descifrada por múltiples científicos independientes.
🚨 OMG Ralph Baric just confirmed everything I and others have been saying about DEFUSE for years! Including validation with live full length viruses. Moreover, he mentions feline coronavirus as the rationale for studying FCSes! And SARS2 looks the final product of his… https://t.co/HWW7zZrjgcpic.twitter.com/mHqXkep1f3
El tema sigue causando controversia, pues Daszak insiste en su inocencia, aunque cada vez tiene menos apoyo; únicamente fanáticos propagadores de desinformación como el Prof. Peter Hotez, cuya reputación ha quedado destruida por sus actos en el marco de la pandemia, continúan defendiendo sus acciones.
Cabe señalar que aún hay datos y documentos que faltan por publicar, no obstante que algunos parece difícil que puedan recuperarse, incluidos aquellos que estaban en posesión de Yusen Zhou, el científico que patentó una vacuna para el Covid en febrero del 2020 (antes de que se decretara la pandemia), quien trabajaba de igual forma en el laboratorio de Wuhan, y quien posteriormente muriera en circunstancias poco claras.
Desde el principio, debió ser una obviedad, que las probabilidades de que la pandemia del Virus del Covid-19 surgiera en la misma ciudad donde se investigaba la creación de un virus de ese tipo, y que precisamente tenía las características de un virus artificial creado por los métodos que estaban siendo utilizados justamente en ese laboratorio, no podía ser una simple casualidad.
Sería en todo caso, la peor irresponsabilidad y desgracia de la historia de la medicina, pues terminó generando la muerte de millones de personas en todo el mundo, una estela de devastación sinigual, y una ola de imposiciones marcadas por la agenda del Foro Económico Mundial; todo esto provocado por los científicos que supuestamente pretendían evitar, lo que justamente sucedió, una pandemia sin precedentes.
Es un hecho que no solo debería tener graves implicaciones penales a nivel internacional, incluido un posible Juicio de Nuremberg 2.0, sino también una amplia reflexión sobre la ética en la industria farmacéutica y de salud a nivel global.
