10 mil años sembrando maíz, y SE dice ahora que México no puede vivir sin glifosato

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Ha detonado una nueva batalla política por el tema del glifosato en México, cuando estaba por entrar en vigor el decreto de prohibición definitiva, que se mantiene programado para el próximo 31 de marzo del presente año.

Surgen llamados para evitar el inminente veto al glifosato

Primero fue desde el Senado de la República, el pasado 12 de marzo, que los senadores de Morena, Manuel Espino y Nancy Sánchez, emitieron un punto de acuerdo, exhortando a que las instancias gubernamentales competentes y el presidente de la república, decretaran una ampliación en el periodo de transición, que permitiera retrasar la prohibición definitiva del herbicida.

Posteriormente, el día de ayer, 26 de marzo, las Secretarías de Economía (SE) y Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), en conjunto con la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), se expresaron también a favor de mantener el uso del glifosato en México, para «salvaguardar la seguridad agroalimentaria del país».

A través de un comunicado conjunto, estas dependencias del gobierno federal afirmaron que «no se han concretado las condiciones para sustituir el uso del glifosato en la agricultura mexicana».

Las dependencias firmantes, señalaron que aún no concluyen condiciones que estaban establecidas en el decreto, particularmente tres: Mantener la producción agrícola; disminuir el posible impacto por la sustitución del glifosato; y contar con alternativas, prácticas, agroecológicas y saludables, que permitan prescindir completamente de él.

Científicos piden mantener prohibición del glifosato

En una abierta confrontación con la postura de la SE, el sector científico del gobierno mexicano, encabezado por el Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (Conahcyt), se ha manifestado al respecto, en el sentido de criticar esos intentos por evitar la cancelación del glifosato en México.

El mismo día de ayer, 26 de marzo, la directora del organismo, María Elena Álvarez-Buylla, encabezó un encuentro con representantes agrarios, funcionarios y científicos, para expresar su rotundo desacuerdo, con las afirmaciones que señalan que la agricultura mexicana «depende del glifosato», como ha señalado el titular de la Seder, Víctor Villalobos.

En la conferencia de prensa, no solo se dio cuenta de decenas de estudios científicos que refieren el altísimo potencial dañino que representa el glifosato, y que ha generado que también sea prohibido actualmente en otros países, sino que además se informaron avances, acerca de los programas iniciados desde hace tiempo en México, para demostrar precisamente la viabilidad de una agricultura libre de glifosato.

La Dra. Delia Aideé Orozco, Directora adjunta de Desarrollo Tecnológico del Conahcyt, informó que a la fecha, se han venido realizando múltiples acciones para cumplir con lo establecido en los decretos presidenciales del 13 de febrero del 2023, y del 31 de diciembre del 2020, donde se instruyó a generar una transición ordenada hacia métodos de agro producción más ecológicos y saludables, sin el uso de glifosato.

La investigadora informó que a la fecha existen en desarrollo 87 planes de manejo agroecológico libre de glifosato, donde se emplean ya a más de 18 mil productores de pequeña, mediana y gran escala.

Aideé Orozco confirmó que esto ha permitido también ampliar la evidencia científica respecto a la productividad de los cultivos sin herbicidas tóxicos.

Los científicos del Conahcyt, también han confirmado la identificación de bioherbicidas comercialmente disponibles en México, e incluso también han desarrollado formulaciones nuevas, una de las cuales ya ha sido aprobada por el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (SENASICA) y se está en fase de elaboración de solicitud con Cofepris.

La investigadora también señaló la consolidación de unidades de producción de bioínsumos comunitarios en el país, las cuales actualmente producen 67.8 millones de litros de bioínsumos líquidos y 350 mil toneladas de bioínsumos sólidos, y se cuenta con capacidad de continuar ampliando la producción, destacó.

Conocimiento milenario

Por su parte la Dra. Ana Laura Weiger, investigadora del Instituto de Biología de la UNAM, también hizo un llamado para actuar de forma responsable, más aún cuando estamos en un «momento crítico, que demanda un cambio en el rumbo del planeta y nuestro país».

La investigadora realizó un recuento histórico, para mantener en cuenta que México es un país excepcional en términos de biodiversidad agrícola, siendo una de las cunas más importantes de la agricultura, por lo que calificó como un absurdo que los pocos años que tiene en el mercado el glifosato, se pueda comparar con los miles de años de producción que ha habido en América, incluida la de alimentos originarios que fueron la base de nuestra cultura, como fue el maíz.

La académica, también reiteró las afectaciones que representa la propagación de pesticidas de alto riesgo, los cuales no solo terminan contaminando suelos y alimentos, sino que también se propagan a través del agua y otros mecanismos, dañando también a millones de personas de forma indirecta, y amenazando de igual manera la biodiversidad de regiones enteras.

Weiger de igual forma describió el sinsentido que se pretende imponer a través de la industria de los agrotóxicos, donde se pretende hacer ver como «nociva», una práctica ancestral del campo mexicano, que permitía que junto a cultivos como el maíz, pudieran crecer también otras especies, como quelites, hongos, chiles, frijol, etc.

Esto no solo aportaba una mayor diversidad biológica, sino que por miles de años fue la base de la nutrición que requerían los habitantes de esta región, y que se mantenía también en un equilibrio orgánico, y sin necesidad de pesticidas químicos.

«México es rico, muy rico, pero la presión de que seamos más pobres cada día, es muy fuerte, y viene de quienes venden y quieren privatizar la riqueza, pero no tienen la razón, porque lo que están ofreciendo básicamente a largo plazo, no es suficiente, no es nada»; señaló la académica de la UNAM.

Datos oficiales respaldan prohibición de glifosato

Al foro asistieron incluso funcionarios de dependencias que están pidiendo mantener el uso del glifosato, como el Ing. Víctor Suárez, subsecretario de Autosuficiencia Alimentaria de la Sader, quien demostró estadísticas económicas del 2018 al 2023, donde se demuestra que, a pesar de que cada vez se consume menos glifosato en México, la producción de alimentos no ha caído, y de hecho se ha mantenido en ascenso.

«¿Dónde está la caída en la producción de alimentos? Mentira del Consejo Nacional Agropecuario y de Bayer/Monsanto», asestó tajante el funcionario.

Suárez, también enlistó una serie de argumentos para demostrar que la producción de alimentos no está en riesgo, si se ratifica la prohibición del glifosato, donde se incluye el hecho de que la mayoría de productores de pequeña y mediana escala, ya no utilizan los agrotóxicos, como parte del proceso de transición iniciado hace 5 años.

El Dr. Manuel Ángel Gómez Cruz, Coordinador del CIIDRI de la Universidad de Chapingo, también expuso datos que demuestran que la agricultura moderna sin glifosato es posible.

El investigador, señaló que actualmente en el mundo hay al menos 96 millones de hectáreas que producen sin glifosato, 7 de las cuales ya estarían en México; y la mayoría de estas, con certificación de productos libres de agrotóxicos.

«No tienen porqué obligarnos nuestros gobernantes, nuestros diputados, nuestros funcionarios, a consumir productos que estén contaminados; lamento mucho que el legislativo no asuma el papel que debe asumir, cuando está detrás la salud de los mexicanos, a quienes están obligando a consumir productos envenenados, y no se vale», señaló el investigador mexicano.

Organizaciones se pronuncian

Además de la opinión del sector científico del gobierno mexicano, también organizaciones sociales, como la Campaña Nacional Sin Maíz No Hay País, donde convergen decenas de organizaciones ambientalistas, salieron también a criticar los intentos de algunos senadores, para comprometer la salud de los mexicanos.

Los firmantes denunciaron al titular de la Sader, Víctor Villalobos, de ser «omiso con la política del Ejecutivo Federal de prohibir el glifosato y el maíz genéticamente manipulado en México, al respaldar y replicar los argumentos del agronegocio y afirmar de manera irresponsable que ‘no existe evidencia científica que confirme las múltiples afectaciones por el uso de glifosato en la producción de alimentos'».

En el colectivo donde se integran organizaciones como El Poder del Consumidor, también acusó que las declaraciones del funcionario federal, «invisibilizan y condenan a ser repetidas las graves experiencias de las comunidades mayas que han sufrido la muerte masiva de abejas y la contaminación de la miel que producen de manera agroecológica, o las afectaciones en la salud de habitantes de El Mentidero, Jalisco, o los casos de intoxicación registrados por la Red Nacional de Jornaleras y Jornaleros Agrícolas, entre otros muchos casos de evidencia de daño sustentadas con investigaciones científicas».

 


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