A 10 años del Euromaidán, se develan a los verdaderos responsables del golpe de estado en Ucrania

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Esta semana, particularmente el 21 de noviembre, se cumplieron 10 años de que detonó el movimiento golpista conocido como Euromaidán, el cual no solo generó la caída del gobierno del presidente ucraniano Víktor Yanukóvich, sino que también propició la desestabilización política que generó el sentimiento separatista en Ucrania, y en consecuencia también el conflicto bélico con Rusia que perdura hasta nuestros días.

Y aunque en occidente, intentaron dar su versión de lo sucedido, en días recientes un extenso juicio en la Corte Suprema de Ucrania para condenar los hechos sucedidos, parece confirmar las versiones que habían sido divulgadas con anterioridad por investigadores como el periodista ucraniano Ivan Katchanovski, y que refieren la maquinación occidental de falsa bandera detrás de los hechos violentos que propiciaron el golpe de estado.

El Euromaidán

El hecho fundamental que empezó a generar protestas en Ucrania el 21 de noviembre del 2013, fue el anuncio del entonces  presidente Yanukóvich, quien confirmó la cancelación de un acuerdo que significaría un importante acercamiento con la Unión Europea (UE), al calificarlo de injusto e inequitativo.

Al mismo tiempo, Yanukóvich externó sus intenciones de fortalecer los lazos comerciales con Rusia, lo que generó protestas de sectores pro europeístas.

En realidad, de Yanukóvich ya se sabía que tenía tendencia pro rusa, pero esto no era un problema mayor, de hecho, la mayoría de Ucrania estaba a favor de un mayor acercamiento con Rusia antes que con la UE, y por eso ganó las elecciones presidenciales, no obstante que los hechos subsecuentes comenzaron a tornarse sumamente turbulentos, con la operación de brigadas internacionales y grupos neonazis, buscando generar un movimiento masivo para desestabilizar al país.

Este generó que se convocara a protestas contra Yanukóvich, las cuales se presentaron en varias ciudades por varias semanas; aunque el punto más álgido y definitivo del movimiento, se registró en el llamado Jueves Negro, el 20 de febrero del 2014.

La falaz versión occidental del Jueves Negro

Aquel jueves de febrero del 2014, se convocó a una nueva protesta en el corazón de Kiev, la capital ucraniana, no obstante que desde las primeras horas de la mañana, la protesta se tiñió de rojo, y decenas de personas comenzaron a caer muertas en la plaza central de Kiev, la llamada Plaza de la Independencia o Maidán.

Las versiones occidentales y de los medios masivos corporativos, referían que las fuerzas policiales del gobierno de Yanukóvich, estaban reprimiendo violentamente la protesta social, y se hizo un llamado a una movilización masiva para derrocar al gobierno.

Fue así que entraron en operación también los grupos armados neonazis, quienes de forma violenta generaron un intenso combate que dejó en ruinas el centro de Kiev y los palacios gubernamentales, lo que dio la vuelta al mundo y se conoció como la «Revolución» del Euromaidán.

No obstante que investigadores independientes, después de años de estar investigando los hechos, han logrado documentar con lujo de detalle, qué fue lo que sucedió exactamente en ese episodio, que provocó también la huida del país de Yanukóvich y la caída de facto de su gobierno.

Uno de los trabajos más destacados al respecto, fue el realizado por Ivan Katchanovski, quien realizó una monumental investigación, que tiene tal nivel de detalle y rigor documental, que está publicado incluso en una revista científica, donde se expone un enorme cúmulo de evidencia.

Para esta investigación, se incluyeron decenas de grabaciones en videos, documentos, análisis periciales, así como también cientos de testimonios oficiales de testigos, a través de declaraciones juramentadas ante la Corte de Ucrania.

Con todo este cúmulo de evidencia disponible, el investigador concluyó en su reporte publicado el pasado mes de junio, que estos hechos se trataron de un ataque de falsa bandera, donde se intentó inculpar a las fuerzas armadas leales a Yanukovich, pero que en realidad fue un ataque armado premeditado perpetrado por grupos paramilitares antigubernamentales que dispararon desde posiciones bajo su control, particularmente desde el Hotel Ukraina.

«La mayoría absoluta de los manifestantes de Maidán heridos, casi 100 testigos de la acusación y la defensa, videos sincronizados y exámenes médicos y balísticos realizados por expertos gubernamentales señalaron inequívocamente el hecho de que los manifestantes de Maidán fueron masacrados por francotiradores ubicados en edificios controlados por Maidán», señala el investigador.

«Ni una sola persona ha sido condenada o está actualmente detenida por la masacre de Maidán tras más de nueve años de investigación y juicios, a pesar de ser uno de los casos de asesinato en masa mejor documentados de la historia, y una de las violaciones de derechos humanos más importantes de la Ucrania independiente. Esta masacre, y los posteriores intentos de asesinato contra el presidente Yanukóvich, desembocaron en el derrocamiento violento del gobierno ucraniano, y este asesinato masivo de ‘falsa bandera’ debe ser visto como una parte clave de este violento y antidemocrático gobierno de Ucrania», señala el destacado politólogo nacido en Lutsk, Ucrania y actual catedrático de la Universidad de Ottawa.

Dentro de su amplia investigación, el académico no solo documentó la presencia de grupos neonazis operando, sino también células internacionales, como el caso de una milicia de agentes provenientes de Georgia, quienes ingresaron al país exclusivamente para la operación militar que tuvo su punto más álgido aquel Jueves Negro.

«La implicación de la extrema derecha en la masacre de Maidán contra la policía y los manifestantes y el hecho de que no se investigara, enjuiciara y castigara a la extrema derecha por esta matanza masiva, dio lugar a que la extrema derecha alcanzara una influencia sobredimensionada en la política ucraniana e inmunidad de facto para otros actos violentos o amenazas de violencia», señaló el académico en su investigación.

Finalmente validan en la corte ucraniana evidencias contra los verdaderos responsables

Estas conclusiones ampliamente documentadas, finalmente han sido parcialmente validadas y reconocidas, después de que a 9 años de los hechos, y tras un largo proceso en los tribunales, empiezan a surgir las primeras conclusiones y sentencias por lo sucedido en la corte ucraniana.

El veredicto de los jueces que están dando seguimiento al caso, confirma que toda la evidencia existente, apunta a que los periodistas y manifestantes asesinados, recibieron impactos de bala provenientes de las oficinas bajo control de las agrupaciones políticas de extrema derecha que estaban operando en el centro de Kiev.

Ante tal situación, el investigador perteneciente al programa de Derechos Humanos de la Universidad de Ottawa, emitió un nuevo documento académico titulado «El veredicto del juicio por la masacre de Maidan: fragmentos que confirman la masacre de falsa bandera» a través de la plataforma especializada academia.edu, para exponer todas las concordancias entre sus investigaciones previas, y los veredictos que recién comienzan a emerger, y que de igual forma están siendo omitidos por la maquinaria mediática occidental.

Cabe señalar que según las falsas afirmaciones occidentales de lo que generó el Euromaidán, aparecieron versiones acerca de una presunta provocación rusa, no obstante que en este último veredicto también se sentencia: «La ‘pista rusa’ no se confirmó tras examinar los documentos pertinentes. En particular, se investigaron todos los casos de cruce de la zona fronteriza a Ucrania por parte de agentes del FSB, sus desplazamientos por Kiev y la región, la hora y el lugar de su estancia, así como las fechas y el modo en que abandonaron el territorio de Ucrania. Este grupo de personas fue objeto de seguimiento y vigilancia constantes. En consecuencia, no tuvieron ninguna participación en los sucesos del Jueves Negro».

En este nuevo documento publicado hace unos días, el académico referido hace un recuento de múltiples testimonios y conclusiones que vienen a ratificar la hipótesis de la falsa bandera, así como también del involucramiento internacional de occidente, asociados a grupos neonazis y de extrema derecha, para generar el golpe de estado en Ucrania.

A pesar de esto, políticos occidentales como la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, siguen celebrando estos hechos como si hubieran sido un acto revolucionario auténtico, y no una perversa injerencia internacional, que ha terminado empujando a Ucrania a la más grave crisis política y social de su historia.

 

Ucrania, a los pocos días del Euromaidán, no solo perdió Crimea y otros territorios del Dombás que se declararon independientes y ratificaron el rechazo a una sumisión ante las mafias europeístas, sino que en contraparte generó también el florecimiento y empoderamiento de agrupaciones neonazis, que se integraron de forma oficial al ejército del régimen golpista proeuropeo de Ucrania, lo que motivó a su vez la Operación Especial de desnazificación que continúa hasta nuestros días, y que sigue costando diariamente territorio, recursos y masivas pérdidas humanas para Ucrania; en pocas palabras, la más grande tragedia de su historia, empujada en todo momento por intereses occidentales.

 


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