Aunque el día de ayer se realizaron múltiples manifestaciones para protestar por un supuesto «crimen de odio», por la muerte del magistrado suplente del tribunal electoral de Aguascalientes, Jesús Ociel Baena, alias «el magistrade», las versiones oficiales preliminares refieren que habría sido un delito pasional cometido por su propia pareja.
El fiscal general de Aguascalientes, Jesús Figueroa, este martes ha brindado al menos dos entrevistas en radio y televisión, donde ha aportado más detalles de lo sucedido, confirmando que la línea de investigación principal, refiere que Ociel Baena habría muerto por un ataque con navajas de afeitar cometido por su pareja Dorián Daniel Nieves.
Ambos venían regresando de un viaje al estado de Oaxaca, y tenían tres años de relación, no obstante que al parecer se generó una discusión que se tornó violenta al interior del inmueble que habitaban en un fraccionamiento de Aguascalientes.
Dorían Daniel Nieves, tenía heridas en los dedos, «provocadas aparentemente por sujetar las armas homicidas», además de otra herida grande en el cuello, presuntamente hecha por él mismo, señaló el fiscal.
“Nosotros calculamos que (Dorían) subió por otra navaja más y se provoca una herida en la parte frontal de su cuello, fina, amplia, que le provoca la pérdida de la vida y ambos cuerpos quedan a centímetros uno de otro”, afirmó el fiscal.
El responsable de la impartición de justicia en el estado, señaló que se están recabando y conservando todos los registros, para no dejar ninguna duda acerca de lo sucedido al interior del inmueble, no obstante insistió que todo indica que se trató de un homicidio y suicidio, cometido por Dorían Daniel.
El funcionario, también señaló que se harán públicos los registros de las cámaras de videovigilancia, de los cuales se analizaron decenas de horas previas y posteriores a los hechos, para verificar que ninguna otra persona entró al inmueble referido.
El fiscal sostuvo que se tiene plena evidencia del momento en que los dos fallecidos ingresan a la vivienda en horas de madrugada, y posteriormente nadie vuelve a entrar o salir, hasta las primeras horas del día siguiente cuando arriba la trabajadora doméstica y se encuentra con los cuerpos ensangrentados.
