Ajolotario de Toluca, el posible inicio de algo más importante aún. Crónica

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Hace unos días realizamos una visita al ajolotario que se encuentra al interior del renovado Parque de la Ciencia Sierra Morelos en la ciudad de Toluca, donde pudimos conocer de cerca cómo ha venido evolucionando esta innovadora instalación que pretende divulgar la importancia de este especie única.

Axolo, Centro de Conservación de Anfibios

Si te gusta la ciencia, la naturaleza y tienes particular interés en las especies endémicas o en peligro de extinción, el ajolotario de Toluca será una experiencia que podrás disfrutar de gran manera.

Aunque se tiene un costo adicional a la entrada al parque, su tarifa de $35 por persona resulta bastante accesible, además de que incluye de forma opcional una visita guiada por el lugar.

La visita guiada es algo que también vale la pena, pues se trata de jóvenes biólogos especialistas, quienes explican de forma detallada las sorprendentes características de esta especie única en el mundo, lo que permite comprender de mejor manera la importancia y cualidades de las especies que se encuentran en el ajolotario.

Aunque a través de fotografías y videos es posible conocer también qué son los ajolotes, no hay nada como verlos de cerca y en persona, se trata de algunas de las criaturas más fascinantes y extraordinarias del mundo animal, y que hoy en día resulta casi imposible poder encontrarlas en su entorno natural, por lo que esta es una oportunidad extraordinaria.

Cabe destacar, que casi todas las especies de ajolote, se encuentran en peligro de extinción, no obstante que en este ajolotario, es posible conocer a diversas variantes, como el ajolote mexicano, el ajolote arrollero, o el ajolote cabeza chata con su espectacular coloración similar al jaguar.

De forma destacada podemos subrayar la presencia de especies endémicas del Valle de Toluca, como lo es el Ambystoma granulosum, también conocido como el Ajolote de Toluca; y el Ambyostoma lermaense, conocido como el Ajolote de Lerma.

Estas especies, se pueden apreciar no solo en su fase de «ajolote», sino también en su evolución a «salamandras» que es una cualidad a la que algunos ejemplares llegan a avanzar, por causas que aún se desconocen con precisión, y solo en algunos casos.

En el mismo ajolotario, también se encuentran en exhibición otras especies de peces endémicos de la región, algunos de los cuales solían ser presa de los ajolotes, especie que en realidad es carnívora por naturaleza.

Además de los animales, también se incluyen algunas actividades lúdicas especialmente diseñadas para niños, así como también una sala con una exhibición en video exponiendo mayores detalles del ajolote, la única especie que es capaz de regenerar por sí sola órganos y extremidades.

También sobresale este ajolotario por su diseño, ya que no solo la construcción en forma de kiosko flotante, evoca una gran paz y tranquilidad, instalada sobre uno de los humedales del Parque Sierra Morelos, sino que además el ajolotario se encuentra en una especie de sótano, por lo cual a través de las ventanas es posible apreciar la forma como está contenido en un entorno submarino.

Un buen inicio, pero aún falta mucho por hacer

Aunque este ajolotario cumple de gran forma su misión de expresar la belleza e importancia de esta especie en peligro de extinción, aún tendría capacidad para convertirse además en un centro de conservación de la especie.

Y es que a pesar de que se han hecho intentos, hasta la fecha no se ha podido concretar la reproducción de ajolotes en este centro.

Los ambyostomas que se tienen en el lugar, provienen de una organización de la Ciudad de México, que está avocada a la conservación de esta especie, no obstante que en el ajolotario de Toluca, aún no se ha podido concretar con éxito la reproducción de ninguna de las especies existentes.

Considerando que se trata de un proyecto con inversión pública estatal, y de que el ajolotario cuenta con múltiples espacios y peceras que no se están utilizando aún al máximo de su capacidad, quizá habría que hacer un mayor esfuerzo, para poder generar las condiciones propicias, para fomentar también la reproducción de estas especies que se encuentran severamente amenazadas.

Y esto no solo pensando en las instalaciones del ajolotario, sino que además el parque, con sus 255 hectáreas, y múltiples zonas de humedales, podría representar una oportunidad propicia para el florecimiento de la especie; es cierto que faltará aún mayor esfuerzo e inversión, no obstante que podría encabezar a nivel nacional los esfuerzos para la conservación de esta especie única y representativa de nuestro país.

Desde luego, no solo habrá que pensar en fortalecer este espacio, como un centro de conservación del ajolote, sino que también resulta imperativo, aplicar una legislación más contundente, que evite el constante deterioro del hábitat natural de esta especie.

Por ejemplo, el ambyostoma lermaense, tenía hasta hace algunos años, a las Ciénegas de Lerma, como su principal hábitat; no obstante, desde hace varios años, debido a la permisividad de la Secretaría del Medio Ambiente, en estos humedales, se vierten año con año toneladas de plomo, producto de las balas de la brutal cacería de aves que se sigue perpetrando en el lugar, condenando así prácticamente a la extinción a esta especie, a pesar de los tratados internacionales donde México se comprometía a resguardar los hábitats vitales para especies vulnerables.

El ajolotario del Parque de la Ciencia Sierra Morelos, es un buen ejemplo de que con voluntad política, es posible construir cosas favorables para la preservación de la naturaleza, no obstante que estos esfuerzos deben ir más allá, y convertirse en un compromiso integral, permanente, y que busque maximizar en verdad los esfuerzos, para proteger y salvar de la extinción a una especie majestuosa, que lamentablemente se encuentra en agonía.


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