La OTAN desesperada en Ucrania. Por qué estamos al borde de una Tercera Guerra Mundial

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Se derrumban grandes mentiras de occidente

Que ‘Rusia está perdiendo la guerra’, que ‘la mayoría de la gente en el Donbás repudia a los rusos’, o que ‘Putin se está quedando solo’, son algunas de las afirmaciones recurrentes, que parecen estar muy lejos de la realidad; una gran muestra de ello, es la exaltación de la OTAN, que ha tenido que adoptar una serie de decisiones drásticas, que podrían llevar el conflicto bélico a una nueva escala.

Y es que a medida que las tensiones se siguen incrementando, la guerra nuclear o global, también cada vez se hace más latente; pues cada día parece complicarse más la posibilidad de un acuerdo de paz, abriendo paso así, a un futuro de altísimo riesgo.

Ucrania sigue cayendo, y está a punto de perder uno de sus últimos 3 bastiones del Donbás.

La separación del Donbás, es decir de Donetsk y Lugansk, de Ucrania, fue en gran medida el hecho que detonó el conflicto bélico con Rusia; y aunque a inicios del 2022, solo un 30% de este territorio estaba en manos independentistas, la realidad actual, reconocida con la evidencia documental del control de territorio, ratifica que Rusia semana a semana sigue avanzando, colocando así a Ucrania cada vez más cerca de perderlo todo.

Izquierda: Ucrania en enero del 2022. Derecha: Ucrania en enero del 2023. En rojo los territorios bajo control de fuerzas independentistas o rusas. Al sur Crimea; al este de Ucrania los oblast de Donetsk y Lugansk.

Después de haber terminado la primera fase de la operación especial rusa, que exitosamente consiguió conectar Rusia con Crimea, al ganar gran parte Zaporiyia y Jersón, que declararon su secesión a través de referéndum, ahora la nueva fase del conflicto parece estar enfocada en el siguiente objetivo de Rusia: hacer valer la determinación de las poblaciones de Donetsk y Lugansk, que también externaron mediante las urnas su separación de Ucrania.

Esta misión, no parecía sencilla, pues desde que en 2014 comenzó el conflicto bélico armado independentista en Donetsk y Lugansk, se había formado una dura línea de batalla, que se encontraba fuertemente blindada de ambos lados.

No obstante, a pesar de que Ucrania tenía una amplia línea de tropas en este frente de batalla, desde hace varias semanas, el único que avanza en el dominio del terreno, es Rusia.

Mapa evolutivo de junio del 2022 a enero del 2023 del norte de Donetsk, la zona donde están las últimas grandes ciudades del Donbás bajo control de Zelenski: Bajmut (al centro), Kramatorsk y Sloviansk. En rojo las zonas bajo control ruso. A la izquierda 25 de enero 2023. A la derecha 10 de junio 2022.

A diferencia de la primera fase de la operación especial rusa, que fue más sorpresiva y expansiva a velocidad, aquí en esta nueva etapa, lo duramente controlado del terreno, ha obligado que los avances sean metro a metro; sin embargo, a pesar del envío masivo de armas y equipamiento de la OTAN a Ucrania, esta es otra fase del conflicto, que también están perdiendo.

Aunque hasta inicios del 2022, Ucrania aún controlaba un 70% del Donbás; al día de hoy, el panorama luce muy diferente.

En cuanto a Lugansk, Rusia ya controla la totalidad de las ciudades más pobladas y un 95% del territorio.

Y respecto a Donetsk, la otra entidad del Donbás, Rusia ya tiene también el control de 7 de las 10 localidades más pobladas de este óblast, incluidas las 4 de mayor población .

De hecho, 6 de estas localidades ya estaban separadas de facto del control de Ucrania desde hace años, no obstante que recientemente se sumó también Mariúpol.

Las únicas 3 grandes ciudades del Donbás que siguen bajo control de Ucrania, son Kramatorsk, Sloviansk y Bajmut, no obstante que esta última, están a punto de perderla también, lo cual parece estar sacando de sus casillas a la OTAN.

Situación en Bajmut al 25 de enero del 2023. En naranja las zonas bajo control de fuerzas rusas. Mapa @Suriyakmaps

La OTAN no se permite otra derrota más en Ucrania

A pesar de que Ucrania sigue mandando armas y soldados al frente de batalla, poco o nada han podido hacer para evitar el avance ruso; quizá en parte se debe a que el ejército de Zelenski no solo se está quedando sin armamento, sino también sin gente dispuesta a sacrificarse, lo cual está llevando al régimen a secuestrar ciudadanos para convertirlos por la fuerza en carne de cañón.

Tras tomar la importante ciudad de Soledar, las fuerzas rusas ya han rodeado prácticamente a Bajmut, que se había convertido en el objetivo principal de la defensa ucraniana en últimos meses, y el emblema de la «resistencia» de Zelenski, pero que igual parece estar a punto de caer.

Esta ciudad, que antes de iniciar el conflicto de 2022 tenía más de 80 mil habitantes, hoy cuenta con apenas unos 5 o 6 mil residentes, incluidos muchos integrantes de las milicias ucranianas, que han hecho de esta ciudad todo un campo de batalla, que hoy en día sobrevive sin electricidad, agua potable, ni condiciones para el comercio y la vida cotidiana.

Como relata una corresponsal de DW que visitó en días recientes el lugar, quienes quedan dependen prácticamente de sus provisiones y los envíos humanitarios que se llegan a realizar, no obstante que la situación cada día se complica más, pues la ciudad ha quedado casi cercada, y solo tiene una salida libre del lado poniente, la cual, en próximos días, también podría ser obstruida, si siguen avanzando al mismo paso incontenible las milicias rusas y de la República Popular del Donetsk.

Si la ciudad queda totalmente aislada, al igual que como sucedió en Mariúpol, solo será cuestión de tiempo, y el avance y limpieza será calle por calle, hasta obligar la rendición o caída de las fuerzas armadas restantes.

Donbás, es pro Rusia

Al igual que como sucedió también en Mariúpol y muchas otras ciudades del Donbás, muchos de quienes decidieron permanecer en sus casas a pesar de los enfrentamientos armados, lo hacen también con el objetivo de apoyar a las fuerzas rusas, y formar parte de las nuevas generaciones de recolonización que están quedando en las localidades que están cambiando de bandera.

Cabe recordar que estos óblast, en su mayoría, tienen mayor afinidad por Rusia, que por occidente; incluso las dos últimas grandes ciudades de Donetsk que siguen bajo control ucraniano: Kramatorsk y Sloviansk, fueron de las ciudades donde detonó en 2014 el movimiento independentista, que de forma natural buscó desligarse de quien le declaró la guerra directa desde Kiev.

Aunque muchas veces se intenta olvidar en occidente, la realidad es que tras el golpe de estado del Maidán de 2014, el régimen pro occidental que ascendió al poder por la vía de la violencia, decretó una prohibición del idioma ruso, y una serie de políticas para combatir la presencia de sectores pro-rusos de forma autoritaria para todas las regiones de Ucrania.

Esto, desde luego que generó reclamos en estas zonas ucranianas donde la mayoría tenía afinidad rusa; por ejemplo, en Kramatorsk, la ciudad más poblada del Donbás que aún está en manos de Ucrania, un 67% de la población era ruso parlante, y solo un 32% de la población hablaba ucraniano.

Es decir, en estas localidades del Donbás que siguen bajo control del gobierno ucraniano, no existe un movimiento generalizado de repudio hacia Rusia, por el contrario, hay miles de personas esperando que las fuerzas rusas tomen el control, y así salir del dominio del régimen abiertamente rusófobo.

Masivas protestas en Sloviansk en mayo del 2014 contra el régimen instaurado en el golpe de estado del Maidán, y a favor de la independencia.

La OTAN sigue buscando cómo evitar la derrota

El conflicto está escalando de nivel de forma peligrosa, pues más de una decena de países de la OTAN, han confirmado el envío de tanques y demás armamento de ataque para Ucrania, incluidos misiles de largo alcance, que podrían llevar la guerra a un nuevo nivel.

Estos envíos, no han estado exentos de polémica y resistencias al interior de dichos países; y no solo por la controversia, de que gobiernos como los de Alemania y Polonia, estén apoyando a un ejército con neonazis en sus filas, sino que también se han generado incidentes, tales como protestas en las calles o reclamos de altos funcionarios, que han expresado abiertamente su desacuerdo, en estar empujando al país a un conflicto que huele a guerra global.

Los traslados confirmados de armamento, aún siguen palideciendo ante las capacidades militares de Rusia, país que además, ya ha completado la capacitación de más de 400 mil relevistas que habían sido convocados meses atrás, y que están empezando a salir masivamente a tomar posiciones en la zona en disputa; por lo cual, en el más conservador de los escenarios, está por detonar una escalada bélica todavía más grave aún en el frente de batalla, que aunque no marcará un alto a los combates, sí seguirá provocando más pérdidas humanas, y más agudización del conflicto.

Y es que aunque en algunos ámbitos aún se sigue ignorando, la realidad es que la operación de desnazificación en Ucrania, ha pasado a consolidarse abiertamente como una guerra subsidiaria (proxy war); es decir, una guerra que está siendo combatida por un país, pero representando los intereses de otros.

Está claro que Ucrania se ha convertido en la carne de cañón de la guerra de la OTAN en contra de Rusia; un conflicto que desde hace años venían preparando, y al cual querían llegar, pero donde al parecer no calcularon terminar siendo vapuleados de forma semejante.

El hecho que el mismo comandante en jefe de las fuerzas armadas de Ucrania, haya afirmado que ésta no es una guerra de Ucrania contra Rusia, sino «de la OTAN contra Rusia», así como también las decisiones de los jefes de estado de los países occidentales, de comenzar a enviar también armamento de ataque para matar rusos, son claras indicaciones de que esto, desde hace mucho que dejó de ser un conflicto entre dos países; no obstante que el único que está siendo ampliamente derrotado, es solo uno.

Puesto que Ucrania no solo ha perdido con el conflicto un 75% de sus costas, y la mayor parte de 4 provincias, que eran el corazón financiero; Rusia, además lo está logrando manteniendo cierta legitimidad, la cual le permite mantenerse firme en lo político y lo económico; pues a pesar de que enfrenta sanciones y el embate de la mayoría de países de Europa, Estados Unidos y aliados como Japón, Canadá y Australia, por otra parte, el resto del mundo, que sigue siendo también la mayoría, sigue tratando y hasta estrechando lazos con el gobierno de Putin.

Si Rusia ha podido mantenerse de pie, con importantes aliados clave en el escenario político internacional, es porque también los métodos usados, en realidad han sido empleados antes también por occidente.

Por ejemplo, la independencia de territorios por referéndum, no es algo nuevo; en Europa, estados como Kozovo, lograron su secesión por esta vía; en aquel caso, con apoyo de tropas de la OTAN.

Por tal motivo, Rusia ha sido capaz de seguir avanzando también en el plano geopolítico, incluso encabezando los planes para generar un contrapeso definitivo; por ejemplo, tal como lo han expresado altos funcionarios de varios países, en conjunto con los aliados del BRICS (Rusia, China, India, Brasil y Sudáfrica), se está planteando el lanzamiento de una nueva moneda y sistema financiero totalmente independiente del hegemónico, lo cual vendría a ratificar al mismo tiempo la llegada de un mundo multipolar.

En todo caso, las semanas por venir serán cruciales, y podrían ser clave también para definir el futuro del mundo.

 

 


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