Semiconductores; el acuerdo -o la trampa- del sexenio

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Javier Garcin/Apocaliptic.com

13 de septiembre 2022.- Tras la 2º Reunión Bilateral de Alto Nivel entre los países de México y Estados Unidos, se han confirmado múltiples medidas que permitirán estrechar la relación bilateral; no obstante que destaca de forma particular el acuerdo alcanzado en materia de semiconductores, un tema que podría representar el más importante pacto internacional concretado por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador en su sexenio.

Por qué son tan importantes los semiconductores

En siglos anteriores, elementos como el oro y el petróleo, fueron clave para medir la riqueza y poder de las naciones; no obstante, cada año se viene haciendo cada vez más claro, que uno de los rubros más importantes del desarrollo económico del presente y el futuro, recae en aspectos tecnológicos; siendo los semiconductores el elemento crucial que se ha convertido en el «santo grial» de las mayores potencias.

La importancia de los semiconductores es tal, que se ha vuelto un asunto prioritario de estado para las naciones más poderosas desde hace algunos años, pues se trata de tecnología que no cualquiera puede desarrollar, o al menos no al nivel de los fabricantes con capacidad de fabricar los chips más avanzados y eficientes del mercado.

Esta capacidad, de hecho recae solo en dos empresas a nivel mundial en la actualidad; una surcoreana (Samsung) y otra más de Taiwán (TSM), país que representa casi el 80% de la producción mundial.

Este poder tecnológico, denominado por algunos autores un «escudo de silicio», es lo que ha permitido a un país tan pequeño como Taiwán, hacer frente a un imperio enorme como China; pues el dominio taiwanés en la industria es tal, que el colapso de la avanzada producción taiwanesa de semiconductores, generaría un cataclismo global en la economía, incluida desde luego la china.

Es por esto que el ámbito de los semiconductores se ha vuelto una carrera científica y tecnológica, pues representa no solo una cantidad ingente de ingresos, sino también un poder político enorme, ante la capacidad de poder controlar el flujo y desarrollo de estos elementos tecnológicos, que cada día se vuelven más necesarios para todo.

Vivimos en una era donde no solos los autos y los aparatos de comunicación necesitan chips avanzados para operar, sino que hasta en la nevera, la bicicleta y cualquier objeto, llegan hoy en día a ser implementados con múltiples aplicaciones prácticas, como parte del proceso en expansión del «internet de las cosas».

De ahí también que una de las sanciones más severas y graves contra Rusia, y quizá la única que los ha obligado a tomar decisiones políticas drásticas, fue la prohibición que se hizo para exportarles semiconductores.

México por primera vez tendrá capacidad de producir semiconductores

Por tal motivo, el acuerdo recién confirmado para fungir como «socios» en un plan para poder convertir a Norteamérica en una región productora de semiconductores, no es un asunto menor; y no solo por los 50 mil millones de dólares en inversión que se han confirmado para una primera fase.

Se trata también de un asunto de seguridad nacional de los Estados Unidos; el presidente Joe Biden, ha estado insistiendo en esto desde el inicio de su gestión. Pues aunque su país es aliado también de Taiwán, y en parte ha apoyado el desarrollo de esta capacidad tecnológica, la dependencia se ha vuelto tan grande, que se ha convertido en asunto de estado tratar de trasladar las capacidades de producción de esta avanzada tecnología a Norteamérica, siendo este uno de los temas prioritarios de su agenda.

Hace tan solo unos días, Biden estuvo presente personalmente en la inauguración de una planta de fabricación de semiconductores de Intel en los Estados Unidos, y según, lo informado ayer en la conferencia de prensa bilateral desde la Ciudad de México, será también a través de empresas como Intel, que se estará ampliando el plan regional de manufactura, para incluir también al menos una planta de producción en México.

El canciller Ebrard, había señalado desde hace semanas que se tenía la intención de levantarla en el estado de Coahuila; no obstante que se ha llegado a mencionar también dentro de «la cadena de producción», a estados como Sonora; la Secretaria de Economía, Tatiana Clouthier, mencionó factores como el litio (abundante) en la región, como parte de los elementos que forman parte de la estrategia, aunque sin brindar mayores detalles al respecto.

Será interesante conocer estas letras pequeñas del acuerdo, así como también los pactos paralelos que habrían llegado en el marco de las negociaciones.

Pues si bien es cierto que los Estados Unidos también están viendo ventajas con esta decisión; por ejemplo, agilizando el flujo de materias primas, como señaló el secretario Antony Blinken, esto también representa un posible aporte invaluable, que podría poner a México en el panorama mundial, y abrir oportunidad de adquirir importantes capacidades de producción, que resultan claves para el futuro.

Es decir, es posible que haya habido también condiciones o solicitudes especiales de parte del gobierno estadounidense, para compartir este plan integral de manufactura de relevancia estratégica mayúscula.

No se ha detallado cual será el papel de elementos como el litio, que recientemente habían sido parcialmente nacionalizados; también falta conocer pormenores acerca de otros aspectos que también se han mencionado de parte de los funcionarios que encabezaron el acuerdo, como lo es la ampliación de la red 5G en territorio mexicano, así como también las acciones reconocidas de transición hacia una mayor promoción de «energías limpias», acerca de lo cual también se adelantaron factores importantes, como una nueva estrategia de priorización de vehículos eléctricos en México.

Si bien es cierto que podría tratarse de un acuerdo con capacidad de detonar empleo, desarrollo económico y avances tecnológicos para México; también será importante confirmar el papel del país, quien en el peor de los escenarios podría ser relegado, utilizado e incluso saqueado, sino se definen límites y alcances pertinentes; algo que solo el futuro podrá ratificar.


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