Escribe: Felix Morriña
Fotos: Apocaliptic.com
Desde que conozco al líder de la agrupación mexiquense de reggae, Congal Tijuana, Jared ‘‘El Panda’’ Jacamán, siempre anda entusiasmado con la misma cantaleta de organizar los festivales culturales del Valle de Toluca sin el apoyo directo de las autoridades de los municipios del altiplano mexiquense, porque considera que la sociedad civil organizada puede liderar u organizar cualquier evento artístico cultural al aire libre sin el tufo proselitista partidista en turno. ¿En verdad estamos organizados como debe esta sociedad mexiquense que radica en este Valle? ¿Se puede sin la intervención directa de las autoridades municipales o de los otros dos niveles de gobierno? ¿A veces tener mucha más policía frente a una gran cantidad de público y familias completas, no resulta fastidioso y hasta de mal gusto?
Con honestidad, la intención es muy buena, digna de ser tomada en cuenta, sobre todo si hay colectivos y asociaciones independientes que le entren al quite, más allá de que los grupos de rock y derivados al principio no cobren por sus participaciones, al igual que aquellos que ofrecen otros servicios culturales, pero al final del día, alguien debe pagar los honorarios de la comunidad participante, como de aquellos que apoyan de alguna manera.
Para Jared ‘‘El Panda’’ Jacamán sí se puede lograr el objetivo y quedó demostrado, claro con sus respectivas fallas de audio e iluminación (como la falta de una planta de luz), el pasado sábado 10 de septiembre en el parque del fraccionamiento Rancho San Lucas del mexiquense municipio de Metepec, el cual es presidido por David López Cárdenas, quien fue invitado a la inauguración y brilló por su ausencia, y en su lugar, fueron representantes de la Dirección de Cultura del llamado ‘‘Pueblo Mágico’’, cubriendo la cuota de representación, al igual que la oferta de los talleres que se imparten en las Casas de Cultura del municipio.
Desde el mediodía del mencionado sábado, familias completas se dieron cita para apreciar cómo los graffiteros hacían sus trabajos pictóricos en las paredes de las inmediaciones del parque de Rancho San Lucas, como algunos disfrutaron de las acrobacias de los ‘‘bikers’’ y de los amantes de los autos ‘‘Low Rider’’; otros, amanecieron con la intención de una larga sesión de temazcal y de ver el juego de pelota azteca; el resto escuchaba las ofertas de los talleres de danza, teatro, guitarra y demás servicios que se ofrecen por parte de la Dirección de Cultura que instalaron una carpa para la ocasión. Todo ante la presencia de más policías que asistentes al parque. Muchos se preguntaban qué figura política iba a ir como para tener un operativo de esa magnitud.
Resulta que la convocatoria hecha para este Festival de Arte Urbano, cuyo principal objetivo es recuperar los espacios públicos al aire libre para organizar por colectivos e instituciones independientes festivales gratuitos una vez al mes, invitaba a que los asistentes evitaran a toda costa el consumo de bebidas etílicas y consumos de toda especie que no estuviera contemplada. Mensaje suficiente para que las fuerzas del orden ejercieran su mano dura contra todo aquel que les pareciera consumidor nato.
Para fortuna de los organizadores no pasó nada que oscureciera sus intenciones socioculturales. Pasadas las cuatro de la tarde, justo cuando el personal del DIF municipal, de Educación y Cultura levantaron sus puestos y se avisara que no llegaría la máxima autoridad de la demarcación, los policías y ambulancia fueron desapareciendo poco a poco hasta dejar un grupo policíaco para lo que se ofreciera. No hubo necesidad.
Tras la presentación de los grupos Cronomad, Noise Combs, Delirio de Persecución y Congal Tijuana, entre otros, la raza se fue retirando sin provocar problema alguno con los encargados del orden, los vecinos del parque del fraccionamiento Rancho San Lucas y dejando botes llenos de basura como un acto de civilidad. Por cierto, en medio de este ‘‘independiente’’ Festival de Arte Urbano, Congal Tijuana grabó el video de su rola ‘‘Revolución en Acción’’, que pronto verán en las redes sociales.
Finalmente, este ejercicio democrático de libertad creativa puede seguir buen camino si lo siguen planeando como hasta ahora, sin duda mejorando lo que a cada evento surja como inconveniente. Por supuesto, que las autoridades culturales de cualquier municipio del Valle de Toluca deberán participar como parte de sus obligaciones y derechos, así como solicitarle al público asistente, como en esta ocasión a través de convocatoria, lo que sí se puede y no hacer, para evitar confrontaciones y malinterpretaciones. Debe prevalecer un marco de tolerancia entre todos los involucrados en la organización.
Bien por este resultado. Esperamos la siguiente edición, tras disfrutar del Festival Internacional de Arte y Cultura Quimera 2016, que también es gratuito. ¡Hasta la próxima!
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