José Antonio Ortega
Media abril y los actores políticos se mueven cautelosos. El calendario les marca el ritmo, los plazos legales, los términos de ley. Concluye la etapa de solicitudes de registro de plataformas electorales. El proceso electoral acelera su marcha. Poco a poco las piezas se acomodan. Se mueven a la siguiente fase.
Semana crucial para los partidos políticos y las dos coaliciones. Inicia la presentación de solicitudes de registro de quienes serán candidatos. Los abanderados al Congreso local y aspirantes a los gobiernos municipales. Hombres y mujeres ansiosos por cristalizar su anhelo.
El proceso electoral en el Estado de México acelera su marcha. Se avecinan días de intenso trabajo y desvelo. Habrá que poner a punto la documentación. Cumplir con todos y cada uno de los requisitos legales que marca cada solicitud. Trabajar con denuedo y sin descanso. De domingo a domingo, es la etapa más delicada.
Después vendrá la respuesta de la autoridad electoral. Cubiertos los trámites de ley iniciarán las campañas. Ya falta menos. A la par de la primavera, subirá la temperatura electoral. Los institutos políticos competirán en un escenario inédito. En un caluroso mes de mayo y con escasos días para presentar su oferta.
Su propuesta de gobierno para un mejor futuro. Con más empleo, salud y educación, mejor seguridad ¡Vamos, las promesas de siempre! Saben de antemano que no será fácil convencer y persuadir. No en tiempos de pandemia. No con las recomendaciones y protocolos sanitarios que sugiere el órgano electoral.
Será difícil para ellos realizar campañas sin los actos multitudinarios de antaño. Sin grandes concentraciones de personas. Más aún, evitar el uso de automóviles compartidos para el acarreo de simpatizantes. Pero sobre todo desarrollar actos y eventos silenciosos, para evitar la dispersión de saliva.
Tendrán que imaginar. Buscar otra manera de hacer política. Transitar de los espacios públicos al espacio virtual. Marcar tendencia en las redes. Enmascarar sus falacias y sofismas con el discurso elocuente. Expresar promesas que no cumplirán. Confiados y seguros que en el marketing político percepción es realidad.
Mientras tanto…
En el espacio público nacional impera la engañifa. El discurso polarizante permea la anulación de candidaturas a gobernador en Guerrero y Michoacán. Morena no deja de dar la pelea. Tensa el litigio, con reclamos suben de tono. Con amagos por impedir la elección. Expresiones temerarias que lindan entre la protesta y la amenaza contra los consejeros del Instituto Nacional Electoral (INE).
Todo por el fallo de los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF). Por el ultimátum que dieron al INE para que revise la anulación de candidaturas. Sanción prevista en la legislación, para quien incumpla con presentar el informe de gastos de precampaña.
Este martes se despejan dudas. Es previsible que el INE ratifique la anulación de ambas candidaturas a gobernador. Que demuestre congruencia con el criterio aprobado. Que ratifique el acuerdo de marras y se apreste a resistir el plantón. La protesta de Félix Salgado y Raúl Morón, que subirá de tono.
Es inevitable que el caso termine por resolverse en la Sala Superior del TEPJF. El pronóstico es reservado y podría inclinarse a favor de los defenestrados candidatos. Baste ver el pronunciamiento de José Luis Vargas Valdez En Twitter. La red social en la que el magistrado presidente del TEPJF sugiere que se devuelva a los quejosos las candidaturas en pugna.
Por lo tanto…
Nada suele ser tan emocionante como el suspenso. La sorpresa y la sensación de que algo puede ocurrir en cualquier momento. La semana promete, se irán despejando dudas. Ya se verá quienes serán los candidatos definitivos. Si se confirman o se bajan de las listas a los que se daban por hecho.
El Instituto Electoral del Estado de México (IEEM) debe trabajar a marchas forzadas. Está obligado a revisar con lupa las solicitudes de registro de todas las candidaturas que vayan llegando. Comprometido a examinar minuciosamente toda la documentación que presenten los partidos y las coaliciones, los candidatos independientes.
Saben que de ese trabajo depende evitar conflictos futuros. Que en estos días están –quizá- en la etapa más delicada del proceso. En la antesala de las campañas electorales. Que una vez concluido el registro de solicitudes y la validación de candidaturas vendrá la siguiente etapa.
La batalla por los espacios: bardas, espectaculares, autobuses, trenes y todo tipo de publicidad móvil. La guerra del lodo y todo tipo de propaganda: la blanca, que identifica claramente a quien la emite, la gris que se escuda en el anonimato y la temida propaganda negra, la que destruye reputaciones, enfocada a desestimular el voto. Media el mes de abril y el tiempo apremia: surgen las definiciones.
