*Hernández Gárate y Humberto flores, oreja cada uno.

* Gran pega de los Forcados Mexicanos.

*Manolo mejía, en maestro.

Gran juego de los toros de Real Batán del maestro Gabino Aguilar.

Por José Moisés de la Luz

Fotos Julio César Zuñiga

Tarde fría en Tenango del Valle, muy buena entrada casi llegando al lleno.

El primero de la tarde que para el rejoneador Jorge Hernández Gárate, colaboró, pese a haber acusado debilidad; el Torero de a caballo se lució poniendo rejones de castigo y banderillas, mata pronto y consigue una oreja.

El segundo de la tarde, primero de lidia ordinaria fue para el maestro de Tacubaya, Manolo Mejía ofició con el capote, los lances fueron muy lúcidos, en un gran gesto permite que el sobresaliente Salomón Israde, pudiera hacer un quite por verónicas, derrochando torería. Ya con la muleta el matador se da cuenta que el lado bueno es el izquierdo y le hace de todo al morrito arrancando los olés de la multitud, en las alturas la banda comienza a tocar música de jaripeo lo cual molesta al matador y pide que se toquen pasodobles.

Una vez que puede meterlo en vereda también por el derecho consigue tandas de mucho valor, al final el toro protesta pero el diestro se encuentra muy a gusto.

Termina con una estocada y golpe de descabello, el respetable la reconoce con fuerte ovación y vuelta al ruedo.

El tercero para Humberto Flores, un torero de los pies a la cabeza, con su astado ha mostrado ese toreo exquisito que siempre le distinguió, recibe verónicas de lujo, luego del puyazo muy ligero, queda bien para la muleta y Humberto lidia con un burel que de pronto empieza a rajarse pero logra en el tercio y casi en las tablas arrancarle pases que al parecer el toro, no tenía, pero el arte de Humberto está por encima de todo.

Toda la voluntad y la maestría de un Torero es lo que refleja Humberto Flores en su quehacer taurino con pases que terminan amoldando la embestida del toro. Mata bien y le conceden la oreja.

Cerró plaza el toro de José Mauricio, sin duda el más bonito de la corrida un toro cárdeno le permite con el capote lucirse y mostrar la maestría que atesora, cuando lo saca del caballo después de que había quedado prendido en el peto, con mucha maestría y hace un quite por mandiles rematando con el manguerazo de Villalta.

En el tercio mortal, José Mauricio, demuestra la clase de maestro qué es que no solamente sabe torear bonito, también sabe lidiar, al inicio no hay mucho lucimiento para la galería pero el lidiador se impone y al final pudo hacerse de algunas embestidas del toro e instrumentar pases por la derecha de verdadero arte. Estoconazo fulminante y el juez concede los máximos trofeos.