Una oreja para José Mauricio, dos de Diego San Román y palmas a Emilio de Justo. Encierro de Pozo Hondo con presencia y bravura. Para muchos taurinos, era el cartel más esperado de los que se anunciaron
A José Mauricio se le ha visto como un torero maduro, de buen gusto y con valor Espartano, su labor con el primero de su lote, permite conseguía una oreja de mucho peso. Con su segundo el diestro se plantó en el sitio que huele a cloroformo, exhibiendo además de valentía, conocimiento y maestría. No hubo eficacia con la espada y todo queda en sonora ovación.
La esperada confirmación del hispano Emilio de Justo que, deja aroma de torero caro en su presentación en el coso capitalino; faena emocionante al de la confirmación que, fue malograda con el acero.
En su segundo, no hubo mucha colaboración del astado no obstante, el diestro ha dejado constancia de su sapiencia y maestría al lidiar y conseguir un trasteo sobresaliente, actuación que le vale el reconocimiento del público capitalino.
A Diego San Román, hay que verle ya no como una promesa, el queretano es una sólida realidad en la baraja taurina mexicana. Ha salido a darlo todo; a su primero no le alcanzó para dibujar la faena que Diego intentaba. San Román, arriesga más, llevándose un susto que no pasó a más y el premio a sus buenos oficios es una oreja.
El cierra plaza de impecable presentación y juego sobresaliente, le da para estructurar la faena al tiempo que el matador vuelve a emocionar como en la lejana tarde que tomó la alternativa, regresando al camino del valor pero también ejecutando una obra artística de gran nivel que es apreciada por el respetable y le vale una oreja, con lo que se conquista la salida a hombros.
Por: José Moisés de la Luz
Fotos: plaza México.
