En México tenemos dos Acapulcos. Uno de ellos es aquel que vive en la zozobra, con los dientes apretados. Es ese Acapulco en el estado mexicano de Guerrero que figura como la ciudad más violenta de México y la tercera más violenta del mundo. El otro, es el Acapulco que espera con ahínco y cartera abierta la celebración del Abierto Mexicano de Tenis Telcel, un torneo tenístico que traerá a grandes figuras del tenis mundial como la sensacional rusa María Sharapova y el búlgaro Grigor Dimitrov.
A dos semanas y días de que inicie el torneo (23 de febrero) de la Asociación de Tenistas Profesionales (ATP), Acapulco y todo el Estado Libre y Soberano de Guerrero siguen convulsionados por la violencia. Y mientras las hermosas pistas de tenis son puestas a tono, las autoridades policiacas encuentran 60 cuerpos descompuestos en un crematorio abandonado de Acapulco.
En ninguna de las ediciones anteriores de este gran torneo de tenis, que ha ido creciendo y mejorando año con año, se había vivido un ambiente de tal tensión, descomposición e incertidumbre en Acapulco y todo el Estado de Guerrero, lugar señalado en el extranjero como muy peligroso y nada recomendable para viajar.
Qué conflicto emocional para los acapulqueños y todos los mexicanos, quienes no tenemos muchos motivos para estar felices por nuestra nación y al mismo tiempo tenemos la oportunidad de gozar de un evento de talla internacional, único, con la presencia de grandes atletas que no todos los países del mundo tienen la oportunidad de apreciar en vivo disputando un torneo de alta relevancia para la clasificación mundial.
apocaliptic.com dice: disfrutemos del tenis, pero sin olvidar la realidad, sin distraernos de lo que más importa…
