Este fin de semana un operativo conjunto entre la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM), la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), la Guardia Nacional (GN) y la Fiscalía General de Justicia de Veracruz, derivó en la captura de Luis “N”, conocido como “El Conejo”, presunto líder de la organización criminal “Los 300” o “Unión 300”, un grupo que ha sembrado el terror en diversos municipios del Valle de México, especialmente en Ecatepec y Cuautitlán.
Luis “N” no era un delincuente común. Considerado un objetivo prioritario por las autoridades mexiquenses, su captura representa un duro golpe a esta estructura criminal. Las investigaciones lo señalan como el responsable de una amplia gama de delitos, entre los que destacan homicidio, extorsión a transportistas, comerciantes y empresarios, robo, despojo de propiedades, daños a bienes y ataques a las vías de comunicación.
Además, se le atribuye haber facilitado la evasión de otros criminales detenidos por diversas corporaciones policiales, lo que evidencia el alcance y la sofisticación de su red.
Tras ser ubicado en Veracruz, las autoridades coordinaron un operativo que culminó con su arresto en cumplimiento de una orden de aprehensión por homicidio. Posteriormente, fue trasladado al Estado de México, donde quedó bajo custodia en un penal estatal, a la espera de que un juez determine su situación jurídica.
La organización que presuntamente encabezaba “El Conejo”, conocida como “Los 300”, se ha distinguido por su modus operandi violento y su capacidad para intimidar tanto a ciudadanos como a las propias autoridades.
Según la FGJEM, este grupo recurría a tácticas como bloqueos masivos en avenidas y carreteras —tanto estatales como federales— y manifestaciones con miles de participantes, incluyendo a subgrupos aliados como “Los Conejitos”, para presionar a las instituciones y encubrir sus actividades ilícitas. Estas acciones no solo dificultaban las operaciones policiales en su contra, sino que también generaban caos en las zonas donde operaban, afectando la vida cotidiana de miles de personas.
Además de los delitos ya mencionados, las autoridades investigan la posible vinculación de “Los 300” con otros crímenes como narcotráfico, disparos de arma de fuego, lesiones y encubrimiento por receptación. Su influencia se extendía principalmente por municipios como Ecatepec, Cuautitlán, Coacalco y Nezahualcóyotl, donde la extorsión a transportistas y comerciantes se había convertido en una constante.
Uno de los aspectos más inquietantes de este caso es la sospecha de nexos entre Luis “N” y autoridades municipales, tanto actuales como pasadas, en el Valle de México. La FGJEM ha iniciado una investigación para determinar si funcionarios de Ecatepec y Cuautitlán, entre otros municipios, pudieron haber brindado protección o facilidades a “El Conejo” y su organización. Estos supuestos vínculos habrían permitido que “Los 300” operaran con cierta libertad, evadiendo durante años la acción de la justicia.