Adán Linares, Moisés Cuapipistenco y Guillermo Hilario Morales, eran tres activistas del Concejo Indígena y Popular de Guerrero – Emiliano Zapata (CIPOG-EZ), quienes días atrás se vieron cara a cara con el presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador, para reiterarle la embestida del grupo narco paramilitar Los Ardillos, y que hoy están muertos, tras haber sido asesinados este fin de semana en el municipio de Chilapa, Guerrero.
La fiscalía estatal confirmó que investiga el asesinato de los tres activistas, ocurrido en las inmediaciones del poblado de Xochimilco.
No obstante, el CIPOG-EZ emitió un comunicado, denunciando severamente estos hechos, y responsabilizando tanto al presidente de la república, así como también a las autoridades de Guerrero, por seguir protegiendo a este grupo criminal, a pesar de los constantes ataques, homicidios y demás vejaciones cometidas.
«Nuestro corazón sufre, nos duele, lo dijimos al mundo, al presidente de la república, los grupos narco-paramilitares nos están matando, nos torturan, nos desaparecen. No pasaron más de 15 días y asesinaron a nuestros hermanos, fueron brutalmente asesinados», señaló el CIPOG-EZ, en un comunicado dirigido a las Redes de Resistencia y Rebeldía, al Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), así como también al Congreso Nacional Indígena (CNI), del cual forman parte, y quien también hizo eco de la denuncia a través de sus canales oficiales.
Adán Linares, uno de los tres indígenas asesinados, tenía ya medidas cautelares de protección, e incluso cargaba un teléfono satelital y botón de pánico; no obstante que esto no fue suficiente para preservar su seguridad.
A fines del pasado mes de octubre, un convoy en el que viajaba López Obrador en la sierra de Guerrero, fue detenido por manifestantes adherentes al CIPOG-EZ, quienes le reiteraron personalmente al presidente, los incesantes actos de hostigamiento de parte de las agrupaciones criminales en contra de sus poblaciones; incluidos al menos 40 asesinatos en los últimos 7 años.
En esta comitiva, se encontraban los tres activistas que también eran padres de familia, y que hoy amplían la lista de víctimas del narco grupo Los Ardillos, que prevalece incólume en Guerrero.
Aunque el mandatario se comprometió a enviar al subsecretario de DDHH, Alejandro Encinas, hasta la fecha los presuntos esfuerzos han sido insuficientes, pues continúa el reinado de estas agrupaciones criminales en el estado gobernado por Evelyn Salgado Pineda.
Foto @JacobMorant
