Este  lunes, representantes de Rusia y Ucrania se reunieron en Estambul para una nueva cumbre destinada a buscar un acuerdo de paz en medio de un conflicto que continúa escalando. El encuentro se desarrolló en un ambiente de alta tensión, producto del recrudecimiento de las hostilidades en días recientes, con agresiones mutuas que han llevado la situación a un punto crítico.

Ucrania presentó el mismo memorando anunciado previamente, en el que exige un alto el fuego incondicional de 30 días como condición previa. Además, propuso el retorno inmediato de niños deportados y desplazados ilegalmente, un punto que se convirtió en el acuerdo tangible más relevante de la cumbre.

Ambas partes acordaron el intercambio de 47,025 menores de 25 años y prisioneros gravemente heridos, así como la devolución de miles de cuerpos de soldados fallecidos de ambos lados, un paso significativo hacia gestos humanitarios en el conflicto.

El memorando ruso

Por su parte, Rusia presentó un memorando con dos opciones para alcanzar un alto el fuego. La primera implica la retirada inmediata de las fuerzas ucranianas de las regiones de Donetsk, Lugansk, Kherson y Zaporizhia, lo que generaría un cese inmediato de hostilidades. Sin embargo, esta opción parece inviable, dado que Ucrania aún controla ciudades clave en estos territorios.

La segunda opción, considerada más realista, propone el cese inmediato de la movilización militar ucraniana, el inicio de la desmovilización, la interrupción de toda ayuda militar extranjera, garantías contra operaciones de sabotaje en territorio ruso, una amnistía bilateral para civiles detenidos, el retiro de personal militar extranjero de Ucrania y restricciones al movimiento de las fuerzas ucranianas.

Además, Rusia exige que Ucrania convoque elecciones presidenciales y parlamentarias dentro de los 100 días posteriores al levantamiento de la ley marcial.

Rusia reiteró también sus condiciones para una paz definitiva, incluyendo la neutralidad de Ucrania sin membresía en la OTAN, el reconocimiento del idioma ruso como oficial en Ucrania —caber recordar que las restricciones al ruso, impuestas tras el golpe de Estado de 2014, han generado conflictos sociales—, el levantamiento de sanciones económicas, diplomáticas y de transporte, restricciones al tamaño y estructura del ejército ucraniano, la prohibición de la glorificación del nazismo, el desmantelamiento de organizaciones neonazis y la eliminación de restricciones legales a la Iglesia Ortodoxa Ucraniana afiliada al Patriarcado de Moscú.

El presidente turco expresó su interés en organizar una cumbre cuatripartita que incluya a Turquía y Estados Unidos. Sin embargo, fuentes cercanas al presidente estadounidense, Donald Trump, indican que su paciencia se está agotando, y algunos funcionarios, incluido el embajador en Turquía, sugieren que podría retirarse de las negociaciones.

La cumbre se produce en un momento de extrema tensión, marcado por la reciente operación “Telaraña” lanzada por Ucrania, considerada el mayor ataque contra la Fuerza Aérea rusa en décadas. Según afirmaciones ucranianas, se destruyeron 40 aviones estratégicos rusos en un operativo planificado durante 18 meses, utilizando un ataque masivo de drones en varias provincias rusas.

También se reportó en días recientes el colapso de puentes en Kursk y Briansk, con ataques que afectaron objetivos civiles, dejando un saldo de muertos y 110 heridos, muchos de ellos niños, lo que generó críticas de Rusia por atacar civiles; e incluso también este martes se llevó a cabo un nuevo ataque contra el puente ruso de Crimea.

Por su parte, Rusia ha intensificado su ofensiva en el norte de Ucrania, especialmente en Sumy, en respuesta a la invasión de Kursk, buscando establecer una zona de amortiguamiento.

Aunque no se estableció un plazo concreto para una próxima reunión, ambas partes analizarán las propuestas presentadas y trabajarán en posibles contrapropuestas. Sin embargo, el camino hacia la paz parece lejano, ya que las hostilidades continúan cobrando miles de vidas y causando la destrucción de numerosas localidades en el frente de batalla.