Ningún gobierno lucha contra el fascismo
para destruirlo, cuando la burguesía ve que el poder escapa de sus manos, alzan el
fascismo para mantener sus privilegios.
BUENAVENTURA DURRUTI
El llamado del Presidente López Obrador a una marcha para el 27 de noviembre es el banderazo de salida para el paso a la ofensiva de la cuarta transformación, pues sólo con la movilización popular puede sepultarse al viejo régimen; ya era hora de que el Presidente llamara al pueblo, no sólo en defensa de la 4T sino como aluvión de la misma, en ajedrez se llama pasar de la defensiva a la ofensiva.
La manifestación del poder del pueblo no sólo es pertinente como respuesta al ridículo show conservador que vivimos el pasado fin de semana, es también respuesta a la reunión neofascista que se llevó a cabo en Santa Fe y que tuvo como invitados principales a Steve Banon, el ideólogo del asalto al Capitolio y a Donald Trump entre otros vergonzantes como Bolsonaro junior.
El velatorio de las armas fascistas tuvo como anfitrión al pseudo actor, pseudo católico, pseudo cantante y pseudo demócrata Eduardo Verastegui, que en el pasado perteneció al grupo KAIRO, un intrascendente grupo musical, intérprete de “música fiasco”.
Una vez más un payaso de la farándula pretende darles línea a los mexicanos y eligió rodearse de lo peor de la clase política (kakistocracia) para anunciar la creación de un “verdadero” partido de derecha, además del destape de su candidatura para el año 2024. El encargado de destaparlo fue ni más ni menos que Eduardo Bolsonaro, junior del fascistoide que gobernó Brasil en los últimos años, dijo textualmente el retoño: “Eduardo Verástegui es el presidente ideal de México, es guapo e inteligente”. Ante un argumento tan contundente no queda más que callar.
Seguramente a Bolsonaro Jr no le importa que Netflix prepara un documental sobre las actividades como estafador profesional de Eduardo Verástegui, basado en una investigación del gran periodista Javier Ceriani, que ha presentado pruebas de que las fundaciones caritativas del bufón no son más que fachadas para consumar sus estafas millonarias, una de sus víctimas famosas es el cantante EMMANUEL.
Está claro que el bufón Verástegui es tan peligroso para México, como lo resultó el bufón Zelenski para Ucrania o el Bufón Bolsonaro para Brasil. La orfandad de la derecha en México, la estulticia política del PAN y las alianzas equivocas de la oposición han creado el terreno perfecto para que irrumpa una fuerza derechista que canalice a la ideología racista, clasista y conservadora en México, todo apunta a que el PRIAN no será el enemigo a vencer por la Cuarta Transformación, será la ultraderecha con su programa antimexicano la que dará la batalla contra el pueblo de México.
La marcha del 27 de noviembre que será encabezada por AMLO significa el fin de la contención de las “ansias del pueblo”; no sólo es una demostración de “músculo”, es sobre todas las cosas una transición a otra fase en la lucha por la transformación de México, la fase de la movilización y organización de la fuerza de la Cuarta Transformación, si es que es cierta, si es que se quiere en verdad llevar a fondo.
El pueblo deberá crear sus propias estructuras organizativas, autónomas, no partidarias, estructuras de lucha, de combate, no electorales. MORENA es la estructura electoral, pero es incapaz de ser el motor de la transformación y mucho menos es capaz de impulsar la Revolución de las Conciencias y es que la lucha que viene no sólo se dará en el terreno electoral, se dará en las calles.
La derecha retrograda y cavernaria, que se quedó en el siglo XX, es capaz de cualquier cosa y se está organizando, más allá del PRIAN; los discursos del conclave fascista de Santa Fe tienen un enrarecido tufo de “guerra santa”.
La alerta ha sonado.
