Las organizaciones Alianza Mexicana Contra el Fracking y Earthworks, presentaron los resultados de una investigación realizada con equipo especializado a través de tres instalaciones de pozos donde se llevaron a cabo prácticas de fracking, donde documentaron una situación alarmante para el medio ambiente y las comunidades cercanas.
Particularmente recorrieron tres pozos en los municipios de Pantepec y Venustiano Carranza, en el estado de Puebla, realizando monitoreo con equipo infrarrojo, entre otros análisis que refieren la enorme persistencia de contaminantes, a pesar de que algunos de estos pozos llevan varios años «abandonados».
El fracking, o proceso de fractuación hidráulica, es un peligroso método de obtención de gas «shale», un sistema que debido a que emplea decenas de millones de litros de agua mezclada con 750 sustancias, muchas de ellas altamente tóxicas como el benceno y el arsénico, es un método que se encuentra prohibido en muchos países, no obstante que en México, a pesar de la promesa de erradicación emitida en campaña por el hoy presidente López Obrador, se sigue llevando a la práctica.
Para documentar de forma detallada, los efectos nocivos del fracking, incluso años después de su operación, estas organizaciones acudieron a documentar la situación en estos pozos del estado de Puebla.
En algunos, como el pozo Pankiwi-EXP1, de Pantepec, que dejó de ser fracturado desde hace 4 años, se documentaron plumas de gas constantes y agua burbujeando «lo que indica presencia de emisiones volátiles».
En comunidades de las inmediaciones como El Tablón, los habitantes denuncian que se quedaron sin agua en sus manantiales, por lo cual desde que empezó la fracturación hidráulica tienen que comprar agua a través de pipas para su consumo doméstico.
En el caso del pozo de perforación de Campo Coapechaca, se documentaron escapes de hidrocarburos con alta incidencia de COV y metano, los cuales se despliegan incluso a grandes distancias.
Esta situación de igual forma se documentó en el Campo Agua Fría, donde se siguen generando emisiones tóxicas al ambiente de forma constante; «para la gente que vive cerca de un pozo esto presenta un peligro: no es saludable respirar aire cargado de metano u otros hidrocarburos», denunciaron las organizaciones a través de un comunicado.
Todas estas emisiones, también estarían contribuyendo al efecto invernadero, y causando un impacto ambiental a largo plazo para el planeta.
Estas afectaciones, tienen un impacto todavía más grave, pues la mayoría de comunidades vecinas, ya de por sí «se encuentran en condiciones de vulnerabilidad», pues esta región de Xicotepec es una de las que presenta menores índices de desarrollo humano en el país.
La alianza, que aglomera a más de 40 organizaciones sociales que este 2023 cumplen 10 años luchando contra el fracking, continúan denunciando los graves impactos ambientales y sociales que esta práctica produce y que representa una grave amenaza que ha dejado cientos de millones de litros de agua contaminada. Tan solo en el estado de Puebla, se tiene registro de 233 pozos, cada uno empleando y contaminando de forma irreversible entre 9 y 29 millones de litros.
