¿Por qué hay científicos en contra de vacunar a niños para Covid-19?

• No todos están de acuerdo en el supuesto beneficio
• Solo 8 presuntas muertes por Covid en niños de 10 a 14 años en toda la pandemia. ¿Vale la pena inyectarlos?

Javier Garcin/Apocaliptic.com

13 de mayo.- A pesar de que diversos expertos de todo el mundo, están haciendo un llamado para valorar con mayor detalle, el sentido de vacunar a niños contra el Covid-19, en México continúa la inoculación, actualmente en aquellos menores de 12 y 13 años de edad.

Miles de niños han estado siendo vacunados en días recientes en todo el país, a pesar de que no solo la presencia del Covid-19, ha sido casi nula en meses recientes, sino que incluso a lo largo de toda la pandemia, apenas y se tiene registro de posibles afectaciones a menores en este rango de edad.

Reconocidos investigadores como la Dra. Karina Acevedo-Whitehouse, epidemióloga con especialidad en la Universidad de Cambridge; coinciden que vacunar a niños para un padecimiento que representa una amenaza tan ínfima para su persona, representa más un riesgo, que un beneficio, al tratarse, en el caso de países como México, de un fármaco (vacuna de Pfizer-BionTech) que carece de estudios sobre sus consecuencias al mediano y largo plazo.

En opinión de la reconocida investigadora, la vacunación infantil «es una barbaridad, una acción injustificada, que no está sustentada en la ciencia en general ni en la epidemiología en particular, y que responde a presiones políticas».

Virus genera un ínfimo riesgo en menores sanos

Según los datos oficiales más recientes del Centro de Vigilancia Epidemiológica del Estado de México, a lo largo de toda la pandemia y hasta mayo del 2022, en el rango de 10 a 14 años de edad, apenas y se tiene registro de 3 defunciones en niños, y 5 defunciones en niñas.

Cabe señalar, que tampoco se ha confirmado que estas presuntas defunciones hayan sido en realidad por Covid-19; según una respuesta oficial del Instituto Nacional de Infecciones Respiratorias (INER),en todo el país solo se han hecho solamente 12 autopsias para verificar la causa de defunción en presuntos fallecidos por Covid, y solo en 8 de las cuales se confirmó la asociación con el virus, pero ninguno de estos casos ha sido en personas menores de edad.

En otros países donde se ha investigado esto con mayor detalle, como una investigación publicada por la revista Nature, se concluyó que los casos de complicaciones en niños por Covid-19, eran «increíblemente raros», y casi siempre, estaban asociados a alguna comorbilidad grave. Es decir, podría existir cierta justificación para la fase de vacunación en menores con comorbilidad, no obstante, aún no se sostiene un sólido beneficio en aplicar la inoculación en niños sanos, como se está haciendo en esta nueva etapa a nivel nacional.

Incluso países como Suecia, han preferido donar sus vacunas pediátricas de Pfizer a países pobres (hace unos días enviaron casi un millón), antes que aplicarla a sus niños de 12 años o menores.

Cabe recordar que la vacuna de Pfizer-Biontech, fue diseñada además, a partir de un pequeño porcentaje (de cerca del 21%) de una variante de un virus que no existe más; es decir, los datos que justificaron su aprobación «de emergencia», están basados en la eficacia parcial que presentaron para la primer variante del virus, actualmente inexistente, y distante en estructura molecular con las últimas variantes conocidas.

Además, el tratamiento mRNA tampoco representa ninguna garantía, no solo por el hecho de que la vacuna, es incapaz de prevenir la transmisibilidad, es decir, no evita que los niños se puedan infectar y contagiar la enfermedad, además, la efectividad en este segmento de edad, se desploma hasta el 11%, a tan solo 90 días de completado el tratamiento, según datos registrados por el Instituto de Salud británico.

Estudios independientes sobre el tema, han descartado beneficio

El pasado 29 de abril del 2022, los connotados epidemiólogos Michael Palmer, Sucharit Bhakdi, y Wolfgang Wodarg, quienes en su conjunto han recibido múltiples reconocimientos por su labor científica, y que son considerados algunos de los mayores expertos del mundo en el ámbito de la epidemiología, publicaron los resultados de una extensa investigación, donde concluyen como innecesaria la inoculación en niños y adolescentes, sustentando cuatro argumentos principales:

«- En este grupo de edad la enfermedad es casi siempre leve y benigna
– Para los raros casos clínicos que lo requieran, el tratamiento está fácilmente disponible
– La inmunidad a la enfermedad está extendida, debido a una infección previa con el virus (SARS-CoV-2) o con otras cepas de coronavirus
-Es muy poco probable que los adolescentes asintomáticos transmitan la enfermedad a otros individuos que podrían tener un mayor riesgo de infección».

El documento completo, que aquí compartimos en su versión traducida al español, es una extensa compilación con argumentos científicos, para valorar con mayor seriedad y profundidad, las implicaciones de someter a menores de edad a esta clase de tratamientos, que plantean importantes riesgos potenciales.

En países como Estados Unidos, a través del sistema de reportes de efectos adversos (VAERS), 12,548 niños han sufrido lesiones a consecuencia de la vacunación, y en al menos 106 casos, han sido consecuencias letales.

Al respecto, la doctora Acevedo-Whitehouse, entre los múltiples motivos que aporta para pedir a los padres valorar con mayor responsabilidad el sentido de inocular a los menores, destaca el hecho de que en México, no se cuenta con un sistema de reportes de efectos adversos, como el que existe en Estados Unidos y la Unión Europea; por lo que tampoco existe un seguimiento detallado acerca de las consecuencias y efectos de esta clase de tratamientos en la población local.

Ante estos indicios de cierto nivel de riesgo, también han surgido múltiples agrupaciones de médicos y científicos, que están haciendo un llamado a suspender la inoculación en este segmento de edad; tal es el caso de la Global Covid Summit, que abarca a más de 17 mil médicos y científicos, y quienes recientemente han lanzado un nuevo pronunciamiento, denunciando la corrupción de la industria farmacéutica, y el encubrimiento de los posibles daños reales generados producto de la inoculación y demás malas decisiones en materia de epidemiología.

Esta situación, al menos debería debatirse y analizarse, con mayor profundidad y transparencia, pues no es cosa menor, a la par que en redes sociales hay influencers -muchas veces auspiciados por la industria farmacéutica- insistiendo en la inocuidad de las vacunas, de forma paralela vemos también científicos y médicos de diversas latitudes haciendo llamados de atención graves y severos; por lo que resulta primordial contrastar la evidencia disponible, para tomar decisiones mejor informadas, y que realmente permitan preservar mejor la salud de los niños.