Con plaza llena, en Fábrica María Sergio Flores indulta toro de Caparica; José Mauricio se va con orejas… El público se lleva la tarde 

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Juan Carlos Lara

Fotos Julio César Zúñiga

Fábrica María, Otzolotepec, Edoméx, 27 de diciembre de 2021.- La tarde de ayer en Fábrica María fue mágica, como lo han sido todas las tardes del 26 de diciembre, desde hace ya varias décadas, en esta comunidad mexiquense del municipio de Otzolotepec. Con la Plaza Silverio Pérez llena, la magia emergió principalmente del público que una vez más con su vasta presencia gritó a los cuatro vientos: El Estado de México es Taurino.

Los cuatro astados de Caparica tuvieron buena presencia su encaste está garantizado, fueron “toros auténticos” (como dice el gran maestro José Mata). Los matadores José Mauricio y Sergio Flores dejaron ver arte y estilos diferentes. Ambos triunfaron en la corrida de feria. El primero con dos orejas; mientras que Sergio Flores indultó al cuarto de la tarde de nombre Colibrí.

LA FIESTA DE LAS FIESTAS

En el contexto prohibicionista promovido por la ignorancia esnob, con la corrida de ayer en Fábrica María ganó la Fiesta Brava, ganaron los toros de lidia, porque lo más importante de ese público que llenó la Plaza Silverio Pérez fue el público joven, las nuevas generaciones que gustan de la Tauromaquia. Muchos jóvenes, varios de los cuales asistían por primera vez a una Corrida de Toros y salieron de Fábrica María con ganas de ver más, con el deseo de conocer la Plaza más Grande y Cómoda del Mundo, con la necesidad de ver más toros y más toreros.

Más allá de lo que vimos en el ruedo, el ritual de la celebración taurina cumplió con las expectativas de un público que desde temprano comenzó a ocupar las calles de Fábrica María. Algunos ansiosos de regresar la Plaza Silverio Pérez, otros esperando un encuentro prorrogado por años y otros muchos dispuestos a su primer encuentro con la Más Culta de las Fiestas.

Familias enteras, muchas mujeres, diferentes generaciones compartieron de la Fiesta de la emoción. La corrida de feria de Fábrica María confirmó su importancia para la actividad taurina nacional. El tendido y gradas llenas, con todo lo que ello implica a su alrededor, ratifican a esta comunidad mexiquense como uno de los baluartes con los que cuenta la Tauromaquia mexicana.

EN EL REDONDEL

En la Fiesta Brava el público manda. Y fue el público que con un juez muy complaciente otorgó una oreja a José Mauricio e indultó a Colibrí, lidiado este astado por Sergio Flores. Un público que aún antes de ver al primer toro de la tarde ya está emocionado, ya siente y de él emana la magia de la Fiesta Brava. Y así son los festejos taurinos en la pequeña pero mística comunidad de Fábrica María, muy emotivos.

En su primero José Mauricio dejó ver algo de los por qué es triunfador de la Plaza México. Sacó olés con el capote y la muleta. De las tablas llevó al toro a los medios y ahí sacó los mejores pases en las dos suertes, metió estocada mortal, aunque cuestionada, pero para la mayoría del respetable la faena valió la oreja.

En el segundo José Mauricio estuvo mejor, igual optó por llevar la lidia a los medios y ahí firmó pases llenos de arte que emocionaron al público. El matador logró tandas de buena hechura y todo parecía estar tejido para que cuando menos el público exigiera las dos orejas, sin embargo el diestro capitalino falló en la suerte suprema y tuvo que conformarse con un sólo apéndice.

José Mauricio con el primero de la tarde.

Sergio Flores, desde su primer toro, mostró que venía para dejar en claro que es poseedor de un estilo propio. Una simbiosis entre su técnica europea y su sentimiento y creatividad mexicana. El torero de Tlaxcala avecindado en el Estado de México sacó lo mejor del toro de Caparica y emocionó al público que lo aplaudió en los tres tercios. Toreando en los medios ofreció pases y tandas de excelente nivel, sin embargo falló con el acero y perdió las orejas para conformarse con los aplausos.

Con su segundo Sergio llevó al astado a los medios para tejer una faena importante. El toro de Caparica no paró de embestir, siguiendo al engaño con profundidad y humillando adecuadamente para hacerse uno con el torero. Sergio Flores se lució y cuando se preparó para ejecutar la suerte suprema el público sacó los pañuelos y armó la silbatina para que se le perdonara la vida al astado de nombre Colibrí. El Juez de Plaza fue rápido en conceder el indulto que fue protestado por una minoría.

Sergio Flores y Colibrí, que fue indultado.

Hay que reconocer el esfuerzo de los toreros y sus cuadrillas que enfrentan un ruedo que apenas cumple con las medidas mínimas para una lidia, además de no contar con tierra batida y burladeros adecuados. Los empresarios de Fábrica María deberán entender que cada año se requiere de avances y mejoras que van desde la organización hasta la presentación de la Plaza, la tradición de este festejo y la respuesta del público así lo demandan.


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