La paz sea con nosotros. Las campañas electorales han terminado, pero el proceso electoral continúa. Y la parte medular de la elección, a pesar del protagonismo de los organismos electorales, queda en manos de los ciudadanos, más exactamente de los ciudadanos que tenemos la famosa credencial para votar con fotografía (vigente).
Las elecciones 2015 en lo general son un carnaval. Con candidatos de caricatura y propuestas de ficción barata de televisa. Y aunque mucho del jolgorio electoral es de risa, también hay mucho que es cosa seria. El boicot de la disidencia magisterial en diferentes puntos del territorio estatal, la campaña de los irresponsables que desaniman por cualquier medio la participación ciudadana son asignaturas que atender, pero lo más importante es la seguridad de la jornada electoral. Y esa seguridad no se refiere sólo a la ausencia de situaciones violentas, sino también a la seguridad que todo votante debe tener garantizada para emitir su voto sin presiones, sin amenazas.
La paz de las elecciones no radica sólo en la ausencia de hechos violentos, la paz de las elecciones tiene más que ver con la verdadera libertad de elección. Y es en la provincia de la provincia donde esta libertad se ve más trastocada. Las campañas formales han terminado. Las campañas por fuera continuarán hasta que se cierren las casillas electorales el 7 de junio próximo. Y el problema radica no en hacer proselitismo por fuera, sino en hacerlo mediante la intimidación y el espanto. Es ahí donde los cuerpos de seguridad tendrán que poner mayor atención.
