Inicia la nueva guerra armamentista; y Rusia presenta dos armas sin igual: Burevestnik y Poseidón

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  • El despliegue del misil Burevestnik y el dron Poseidón marca el comienzo de una nueva era en la carrera armamentista global.

El mundo está cambiando de etapa, al comenzar abiertamente una nueva guerra armamentista, que ha surgido como respuesta directa a la guerra financiera que Occidente emprendió contra Rusia; y que alentó a los rusos a responder, a través de una de las mejores maneras donde pueden defenderse: por la vía de las armas.

En cuestión de días, Rusia acaba de anunciar la finalización exitosa de dos armas poderosas sin comparación, con tecnología y alcance sin precedentes, cambiando drásticamente no solo el escenario de la carrera armamentista global, sino también buscando disuadir de forma contundente en el ámbito geopolítico global

Rusia viene así a ratificar una irreversible superioridad militar, que les permitiría alcanzar y destruir cualquier objetivo alrededor del mundo; demostrando un importante poderío, que viene a establecer además nuevos precedentes y desafíos tecnológicos.

Se trata de una movida contundente, que viene también a ratificar que Rusia seguirá defendiendo sus intereses y objetivos, respondiendo así también a las agresiones, los ataques y a la guerra financiera emprendida en su contra por Occidente, incluido desde luego Estados Unidos.

El Burevestnik: el vigilante de los cielos

El 9M730, designado SC-X-9 Skyfall por la OTAN y mejor conocido como Burevestnik, ya era considerado todo un «game changer» desde hace unos días, cuando el ejército ruso confirmó su despliegue final con éxito. Se trata de un misil de crucero de propulsión nuclear capaz de alcanzar cualquier punto del planeta por su capacidad ilimitada de vuelo.

Es un tipo de tecnología único, que Estados Unidos abandonó en conceptos similares desde la década de los 60, y que ha sido probado con éxito después de varios años de diversas pruebas, incluidos algunos accidentes. Se trata de un sistema único que además de ser impulsado por energía nuclear, tiene también la capacidad de llevar ojivas nucleares, de hasta 2 megatones.

Tecnología de sigilo sin precedentes

El Burevestnik destaca también por su capacidad de sigilo, que lo hace casi imposible de detectar. Se trata de un misil intercontinental capaz de volar zigzagueando o haciendo giros con una extraordinaria versatilidad.

No se trata de un misil intercontinental balístico convencional. Estos pueden volar a velocidades superiores a 20 veces la velocidad del sonido, pero tienen una trayectoria en arco predecible en gran medida; no obstante que el nuevo prototipo ruso, aunque su velocidad es de 0.8 mach, busca evadir los sistemas antimisil convencionales, a través de trayectorias totalmente irregulares y sin límite.

Además de planear en zigzag, su gran versatilidad le permite volar a muy baja altura, a escasos metros sobre la superficie, e ir ajustando su altitud de forma automatizada, de modo que puede llegar con gran sorpresa evadiendo los sistemas de radar convencional.

El hecho de que tan solo esta prueba haya logrado volar más de 14,000 kilómetros, quiere decir que es capaz de alcanzar cualquier punto del planeta, siendo una distancia mayor que el diámetro de la Tierra. Por lo cual, lanzado desde cualquier lugar, podría llegar a cualquier lugar del planeta sin ninguna clase de límite y siguiendo todo tipo de trayectorias a través de su sistema de vuelo con capacidad ilimitada con tecnología ramjet nuclear.

Comparación con sistemas occidentales

Si lo ponemos en comparativa, por ejemplo, con algunos de los sistemas estadounidenses o de la OTAN más avanzados, el Burevestnik también cuenta con una amplia ventaja.

Algunos de los sistemas más avanzados estadounidenses como el AGM-86 ALCM o el AGM-181 LRSO alcanzan unos 2,500 kilómetros de distancia, mientras que algunos de los más avanzados de la OTAN como el Storm Shadow solo tienen unos 560 kilómetros. Incluso el Future Cruise, que está aún en desarrollo por la OTAN, tendría una capacidad de unos 1,000 kilómetros.

Además de que no poseen todas las capacidades de sigilo y sorpresa del nuevo misil en producción ruso.

Poseidón: el arma del fin del mundo

Si el misil ya había sido todo un terremoto en el ámbito geopolítico, el anuncio realizado recién esta semana sobre el despliegue del dron nuclear submarino Poseidón, es un gesto aún más fuerte y contundente, y un importante golpe en la mesa de parte de Rusia, para ratificar una clara superioridad en uno de los ámbitos clave del armamentismo.

Quién mejor que el expresidente ruso Dmitry Medvedev para ilustrar su importancia y también para mandar una subrepticia advertencia a la OTAN. «Enhorabuena a todos los amigos de Rusia por el exitoso ensayo del dron submarino de propulsión nuclear Poseidón«, celebró el viceministro del Consejo de Seguridad de Rusia, señalando entre paréntesis que esta dedicatoria iba dirigida en especial, al «imbécil ministro de defensa belga».

El belga Theo Francken, recién había causado controversia al afirmar que la OTAN «desaparecería del mapa a Moscú», en caso de un ataque a Bruselas. Ante tales amenazas, es que Medvedev responde en tono directo y también haciendo una advertencia que resume en buena medida la capacidad de esta arma, señalando textualmente: «A diferencia del Burevestnik, el Poseidón puede considerarse una auténtica arma del fin del mundo».

Características técnicas del Poseidón

Y es que las capacidades de este nuevo y único tipo de dron nuclear marino efectivamente parecen tener la capacidad de asestar un golpe capaz de conducir a un escenario apocalíptico.

El Status-6 (clave rusa) o Kanyon (código de la OTAN), ahora mejor conocido simplemente como el Poseidón, también había sido anticipado desde hace años, al menos desde 2018, precisamente por el presidente Vladimir Putin, cuando anunció una importante estrategia de modernización del armamento ruso; y a pesar de que también tuvo accidentes, incluyendo uno que mató al menos a cinco científicos, finalmente Rusia ha logrado desplegar este tipo de dron que había causado también cierta controversia por el empleo de tecnología de propulsión nuclear.

En realidad, los sistemas nucleares tienen muchas aplicaciones, y no solo bélicas, alrededor del mundo. Y aunque se había intentado frenar un tanto el desarrollo de este tipo de armamento, finalmente Rusia justificó su desarrollo con base en su propia defensa, y en la situación que vive también en el campo de batalla.

¿Qué es el Poseidón o Status-6?

Se trata de un tipo de dron no tripulado impulsado por energía nuclear. Aunque los drones submarinos o UUV ya existían, se trata del primero que sería impulsado por un sistema nuclear, el cual funciona con agua marina. La misma agua que activa el sistema de propulsión a chorro, actúa también como refrigerante y además permite generar la tecnología de supercavitación, o la burbuja de vapor que le permite ir a velocidades súper rápidas, y que es también una tecnología prácticamente exclusiva de Rusia.

El hecho de que tenga un motor nuclear tiene múltiples ventajas en el ámbito bélico. Pues esto, de entrada, le permite, al igual que el nuevo vigilante ruso de los aires, en este caso debajo de los océanos, tener un alcance ilimitado.

No solo es ilimitado en cuanto a los kilómetros que puede recorrer, sino en cuanto al tiempo que puede durar una misión, toda vez que puede permanecer inmóvil en estado de sigilo por meses o años y activarse en cualquier momento, trasladando además una ojiva nuclear de hasta 100 megatones, que serían unas 6,000 bombas de Hiroshima.

Al igual que el Burevestnik, se trataría de un arma ideal para un «segundo golpe»; es decir, para un segundo golpe nuclear, y definitivo, no de carácter «disuasivo», como un hipotético primer ataque.

Tecnología de supercavitación

El sistema de supercavitación, permite generar una especie de burbuja de vapor alrededor del torpedo, combinando la vaporización del agua alrededor e inyecciones moduladas de aire desde el mismo dron. Esto permite que el torpedo pueda avanzar sin enfrentarse a la resistencia directa del agua, sino a una de vapor, lo cual le permite prácticamente volar debajo del agua y alcanzar velocidades de hasta 200 kilómetros por hora.

Se trata de un golpe fuerte de Rusia, ya que algunos UUV de países occidentales, como el Copperhead estadounidense, tienen a lo máximo 100 km/hora de velocidad. Es decir, que ni los más avanzados drones submarinos convencionales de Estados Unidos, vendrían a compararse en cuanto a la velocidad de este dron submarino ruso, que además funciona de forma ilimitada por su sistema nuclear.

Capacidades de sigilo y operación

El Poseidón tiene también un avanzado sistema de sigilo que le permite sumergirse más de 1,000 metros, evadiendo así los sistemas de radar; lo cual lo convierte de igual forma en un arma de extremo peligro. Además, tiene un sistema avanzado de bajo ruido y maniobras automatizadas a gran profundidad con inteligencia artificial para evadir objetos.

Este tipo de dron se puede lanzar desde submarinos rusos como el Belgorod, que precisamente ha sido adaptado para este fin. Y tras su prueba exitosa realizada finalmente este mes de octubre de 2025, se marca también la fase de inicio en la producción, convirtiéndose así en un importante sistema de disuasión global.

El tsunami radioactivo

Este tipo de arma lo que principalmente podría producir sería un tsunami radioactivo, al hacer detonar su explosión, que además está «salada», es decir, añadida con cobalto para hacer más intenso el impacto. Al activarse la carga nuclear a escasa distancia de la costa, unos 2 o 3 kilómetros, estaría produciendo en segundos un tsunami radioactivo capaz de destruir ciudades costeras.

Además, también cuenta con un sistema para evitar ataques de pulso electromagnético. Es decir, que incluso si hubiera ya una guerra nuclear en curso, podría evitar este tipo de ataques nucleares y continuar funcionando y operando de forma autónoma, y también con objetivos previamente programados o bien activados de forma remota.

El armamento occidental queda obsoleto

Estos importantes avances rusos llegan de forma casi paralela al hecho de que cada vez trasciende más lo retrasado que ha quedado gran parte del armamento de Occidente. Y esto no es algo que «digan los rusos», sino que incluso en algunos de los más prominentes medios de análisis de Occidente, como el caso de The Economist, se aborda de forma abierta y se analizan las implicaciones de estos hechos.

Tal es el caso del artículo publicado hace unos días, «Western drones are overwhelming on the Ukrainian battlefield«, donde se analizan y se discuten datos y señalamientos de gente involucrada en el conflicto bélico en Ucrania, donde se da cuenta de cómo, por ejemplo, los drones militares provenientes de países occidentales han quedado obsoletos en el entorno de un conflicto real.

Y es que, aunque Occidente ha tenido también importantes inversiones en el ámbito armamentista, no han trascendido de forma importante en un entorno real de batalla, al menos no al nivel que está alcanzando Rusia, lo que ha generado importantes fallas no solo en su funcionamiento, sino también en cuanto a su costo y rentabilidad.

El caso de los drones Switchblade

En el semanario londinense se analizan casos como los modelos Switchblade 300, los cuales llegaron a ser considerados como avanzados en Irak o en Afganistán, pero que han fallado grosamente en Ucrania; con testimonios como drones que al golpear un minibús no rompen ni siquiera las ventanas, por poner un ejemplo.

El problema no solo es que llegan a ser poco efectivos, sino que también resultan sumamente costosos. Mientras que drones de este tipo pueden costar 20,000 o 100,000 dólares, los ucranianos ya están produciendo drones de 400 u 800 dólares, y con algunas capacidades que incluso en algunos ámbitos superan a los drones occidentales.

Es decir, Ucrania, forzada en gran medida por las circunstancias, a través de varias firmas internas ha desarrollado una propia tecnología que, aunque tiene también sus limitaciones en comparación con la rusa —que de igual forma se ha vuelto la vanguardia—, al menos llega a competir en cuanto a los costos y, por tanto, la capacidad de disponer de ellos en el campo de batalla.

La producción en masa, el verdadero desafío

Y es que en un conflicto bélico de las proporciones que se vive en el Dombás, se requieren provisiones masivas. No obstante que Occidente está exhibiendo que no cuenta con una tecnología armamentista equivalente, ni con la capacidad de producción para generar una fabricación en masa a un costo rentable.

Esta situación viene a poner en abierto jaque a Estados Unidos y a la OTAN entera, y a ratificar el porqué de la decisión de Rusia de no someterse a lo que dicte la Casa Blanca o Bruselas y a exigir que para llegar a la paz y el final de la sangrienta guerra en Ucrania, se cumpla primero con las condiciones mínimas que se habían establecido; incluido el respeto a lo votado en el referéndum del Dombás, a la neutralidad de Ucrania y, desde luego, a su desnazificación.







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