El expresidente de Uruguay, José Alberto “Pepe” Mujica, falleció hoy a los 89 años, según confirmó el presidente de la República, Yamandú Orsi, en un comunicado oficial. La noticia marca el fin de una era para Uruguay y América Latina, donde Mujica se consolidó como una figura icónica por su trayectoria política, su estilo de vida austero y su profundo compromiso con la justicia social.
El deceso de Mujica ocurrió en su chacra en Rincón del Cerro, a las afueras de Montevideo, donde residía junto a su esposa, Lucía Topolansky. Según fuentes cercanas, el expresidente se encontraba bajo cuidados paliativos tras el agravamiento de un cáncer de esófago diagnosticado en abril de 2024, que en enero de 2025 se extendió a su hígado.
Mujica, consciente de su estado terminal, había expresado su deseo de pasar sus últimos días en tranquilidad, dedicado a su hogar y alejado de la vida pública.
En su publicación, Orsi expresó: “Con profundo dolor comunicamos que falleció nuestro compañero Pepe Mujica. Presidente, militante, referente y conductor. Te vamos a extrañar mucho Viejo querido. Gracias por todo lo que nos diste y por tu profundo amor por tu pueblo”.
José Mujica, nacido el 20 de mayo de 1935, fue presidente de Uruguay entre 2010 y 2015, periodo en el que su gestión se destacó por medidas progresistas que posicionaron al país como un referente en derechos sociales. Durante su mandato, se legalizó el matrimonio igualitario, se despenalizó el aborto y se reguló el mercado de la marihuana recreativa, pasos que marcaron un hito en América Latina.
Antes de su presidencia, Mujica tuvo una vida marcada por su pasado como guerrillero del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros, lo que lo llevó a ser encarcelado durante 14 años bajo la dictadura militar uruguaya entre las décadas de 1970 y 1980.
El expresidente era conocido por su estilo de vida austero, una característica que lo hizo famoso a nivel mundial. Durante su mandato, donaba la mayor parte de su salario a obras benéficas y vivía en una modesta chacra en las afueras de Montevideo, rechazando residir en el palacio presidencial.
Esta coherencia entre sus palabras y acciones le valió un reconocimiento global y el cariño de muchos uruguayos, que lo veían como un símbolo de humildad y compromiso con los más vulnerables.
Yamandú Orsi, quien asumió la presidencia de Uruguay el 1 de marzo de 2025 tras ganar las elecciones de noviembre de 2024, fue un discípulo político de Mujica dentro del Frente Amplio. La relación entre ambos era cercana, y Orsi ha citado en varias ocasiones la influencia de Mujica en su carrera y en su visión de la política como un servicio al pueblo.
La muerte de Mujica deja un vacío en la política uruguaya, donde su figura trascendió partidos y generaciones. Aunque no se han anunciado detalles sobre actos oficiales o el lugar de su despedida, se espera que en las próximas horas se brinde información sobre cómo el país rendirá homenaje a quien fuera no solo un líder político, sino también un símbolo de resistencia y humanidad para millones.