Desde hace más de tres días, un incendio en un predio de residuos industriales en el municipio de Xonacatlán ha mantenido en vilo a autoridades y habitantes de la región. Lo que comenzó como un fuego aparentemente manejable el pasado 9 de marzo se ha convertido en un desafío monumental para los equipos de emergencia, con más de 75 horas de trabajo continuo para intentar sofocarlo.
Sin embargo, un giro significativo en esta situación ocurrió recientemente: Protección Civil del Estado de México clausuró el predio, marcando un antes y un después en la gestión de esta crisis.
El incendio, que abarca aproximadamente 2.5 hectáreas, ha movilizado a más de 200 brigadistas, bomberos y elementos de diversas corporaciones provenientes de 20 municipios, además de apoyo de la Guardia Nacional y personal de Petróleos Mexicanos (Pemex). A pesar de los esfuerzos incansables, que incluyen el uso de equipo especializado y la colaboración de vecinos con cubetas de agua, las llamas han resistido, afectando la calidad del aire en zonas aledañas, incluida la Ciudad de México.
Anoche, el Gobierno del Estado de México, a través de la Coordinación General de Protección Civil y Gestión Integral del Riesgo, tomó una decisión: suspender las actividades del predio donde se originó el incendio. La razón principal detrás de esta medida es que la empresa responsable del lugar no presentó los permisos necesarios para el almacenamiento y manejo de desechos industriales, lo que representa un riesgo significativo para la seguridad pública y el medio ambiente.
Esta clausura no solo busca detener cualquier operación en el sitio, sino también enviar un mensaje claro sobre la importancia de cumplir con las normativas establecidas en el Código Administrativo del Estado de México. Las autoridades han subrayado que la falta de regulación en el manejo de residuos pudo haber contribuido a la magnitud del incendio, que hasta ahora no ha cobrado vidas, pero sí ha generado preocupación por sus efectos en la salud y el ecosistema.
A pesar de la clausura, las labores para extinguir el fuego continúan sin descanso. Los reportes más recientes indican que el incendio permanece confinado dentro del predio, pero no hay un tiempo estimado para su extinción total. La combinación de materiales inflamables y las condiciones ambientales ha complicado las tareas de los brigadistas, quienes trabajan bajo presión para evitar que el siniestro se extienda a áreas circundantes.
La suspensión de clases en algunas localidades cercanas y las alertas por la calidad del aire reflejan el impacto más amplio de esta emergencia. Residentes de Xonacatlán y municipios vecinos han expresado su preocupación, mientras las autoridades mantienen un monitoreo constante para evaluar los riesgos.
La clausura del predio por parte de Protección Civil es un paso crucial, pero plantea nuevas interrogantes. ¿Qué medidas se tomarán para sancionar a los responsables de operar sin permisos? ¿Cómo se garantizará la rehabilitación del área afectada una vez que el incendio sea controlado? Por ahora, la prioridad sigue siendo apagar las llamas, pero el desenlace de esta situación podría sentar un precedente en la regulación de actividades industriales en el Estado de México.