Este miércoles se confirmó el fallecimiento de Teresa González Murillo, conocida como «Teresita», tras ser víctima de un brutal ataque en su hogar en Guadalajara, Jalisco.
Integrante del colectivo Luz de Esperanza Desaparecidos Jalisco, Teresa dedicó sus días a buscar a su hermano Jaime, desaparecido desde septiembre de 2024.
La noche del 27 de marzo, tres hombres armados irrumpieron en su casa con la intención de secuestrarla. Al resistirse, le dispararon en el rostro, dejándola en estado crítico. Tras varios días de lucha, su vida se apagó, sumándose a la trágica lista de buscadoras asesinadas en el país.
Teresa no solo era una madre buscadora; también lideraba a comerciantes del centro de Guadalajara, enfrentándose a amenazas del crimen organizado y tensiones con autoridades locales.
Su muerte ha desatado indignación y un clamor por justicia, mientras colectivos exigen protección para quienes, como ella, arriesgan todo por encontrar a sus seres queridos.
En un país con más de 126 mil desaparecidos, el asesinato de Teresita es un doloroso recordatorio de la vulnerabilidad de estas valientes mujeres y de la urgencia de frenar la violencia que las silencia.