En una operación coordinada realizada por la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM), Francisco Javier «N», conocido por el alias «Acapulco», ha sido recientemente vinculado a proceso por el delito de extorsión. Este individuo, presuntamente relacionado con el grupo criminal La Familia Michoacana, había estado operando en la región de Metepec, Estado de México, sembrando miedo entre comerciantes y empresarios locales.

Francisco Javier «N», alias «Acapulco», se distinguía por su método de extorsión que consistía en acercarse a los mercados y comercios locales, exigiendo pagos periódicos bajo la amenaza de violencia o represalias. Según información disponible en la web, en noviembre de 2024, «Acapulco» y dos cómplices irrumpieron en un mercado de Toluca, donde amenazaron a dos comerciantes con armas de fuego, exigiendo dinero a cambio de permitirles continuar con sus actividades comerciales. Este acto no fue aislado; «Acapulco» había desarrollado una red de extorsión que afectaba directamente a la economía local, forzando a muchos negocios a operar bajo el constante temor de represalias.

La detención de «Acapulco» fue el resultado de una exhaustiva investigación que culminó con su aprehensión el 27 de enero de 2025. La FGJEM cumplimentó una orden de aprehensión contra él, quien ya tenía antecedentes penales por portación de arma prohibida. La vinculación a proceso se dio tras presentarse pruebas sólidas ante un juez, que incluían testimonios de las víctimas y evidencia recabada durante las operaciones de vigilancia y seguimiento.

Este caso no solo destaca por la captura de un miembro de uno de los grupos criminales más notorios de México, La Familia Michoacana, sino también por la continua lucha del Estado de México contra la extorsión y otros delitos que plagan la entidad. La Familia Michoacana, originaria de Michoacán, ha extendido su influencia a varias regiones, incluyendo el Estado de México, donde han sido responsables de numerosos actos de violencia y extorsión.

La captura de «Acapulco» es vista como un golpe significativo contra las operaciones de este grupo en la región de Toluca y Metepec, áreas donde han intentado establecer una presencia dominante a través del miedo y la corrupción. El proceso legal contra Francisco Javier «N» no solo busca justicia para las víctimas directas de sus actos sino también enviar un mensaje claro de que la impunidad no será tolerada.