Régimen de Argentina reprime brutalmente a jubilados; el pueblo se levanta

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Las calles de la capital argentina volvieron a ser testigo de una jornada de tensión y violencia este miércoles, cuando una protesta de jubilados frente al Congreso Nacional derivó en enfrentamientos con las fuerzas de seguridad. Lo que comenzó como una manifestación pacífica para exigir mejoras en las pensiones y rechazar las políticas de ajuste del gobierno de Javier Milei se transformó en una escena de represión brutal, dejando un saldo de decenas de heridos y más de un centenar de detenidos.

Un Reclamo que Crece

Desde hace meses, los jubilados argentinos se reúnen cada miércoles frente al Congreso para denunciar el deterioro de sus condiciones de vida. Las pensiones, que en muchos casos no superan los 343.086 pesos (incluyendo un bono de 70.000 pesos congelado desde hace un año), están lejos de cubrir la canasta básica, estimada en más de un millón de pesos. Este 12 de marzo, la convocatoria adquirió una dimensión especial: hinchas de diversos clubes de fútbol, sindicatos, organizaciones sociales y políticas se sumaron en solidaridad, elevando la asistencia a decenas de miles de personas.

La presencia de los hinchas, iniciada semanas atrás tras la represión de un jubilado simpatizante de Chacarita, marcó un punto de inflexión. Hoy, banderas de Boca Juniors, River Plate, Racing y otros clubes se mezclaron con pancartas que clamaban “Con los jubilados no” y “Basta de ajuste”. Sin embargo, esta unión inédita fue recibida con una respuesta desproporcionada por parte de las autoridades.

Represión Policial: Gases, Balas de Goma y Heridos

Apenas pasadas las 16:00 horas, las fuerzas de seguridad, bajo el mando de la ministra Patricia Bullrich, desplegaron un operativo masivo con más de mil efectivos de la Policía Federal, Gendarmería y Prefectura. Equipados con escudos, camiones hidrantes y material antidisturbios, los agentes avanzaron sobre los manifestantes que intentaban ocupar la Avenida Rivadavia. Sin mediar diálogo, se utilizaron gases lacrimógenos, balas de goma y chorros de agua para dispersar a la multitud.

El saldo fue devastador. Según reportes preliminares, al menos 20 personas resultaron heridas, entre ellas un hombre en estado crítico tras recibir el impacto de una cápsula de gas lacrimógeno en la cabeza. Beatriz Bianco, una jubilada de 87 años, se convirtió en un símbolo de la jornada al ser empujada por un policía, golpeándose la cabeza contra el pavimento.

Las imágenes de su rostro ensangrentado recorrieron las redes sociales, desatando indignación. Además, se reportaron casos de ancianos afectados por gases, algunos con quemaduras en la piel, y varios civiles con contusiones por golpes de bastones.

La violencia no se limitó al Congreso. Los enfrentamientos se extendieron hasta la Plaza de Mayo, a 15 cuadras de distancia, donde la policía continuó reprimiendo a quienes buscaban llegar a la Casa Rosada. En el caos, un patrullero fue incendiado y varios contenedores de basura ardieron, mientras los manifestantes resistían con piedras y cánticos.

Voces desde el Terreno

“Esto es una vergüenza. Somos jubilados, no delincuentes. Queremos vivir dignamente, no nos alcanzan ni para comer”, expresó José, un ex trabajador de la construcción de 70 años, con los ojos irritados por el gas pimienta. Por su parte, un hincha de Boca presente en la marcha afirmó: “Vinimos a defender a los abuelos, pero nos tratan como si fuéramos el enemigo. Con lo que gastan en reprimir podrían aumentar las jubilaciones”.

Diputados nacionales como Hugo Yasky y Nicolás del Caño acompañaron la protesta y condenaron la represión. “Milei es fuerte contra los débiles y débil contra los fuertes. No vamos a permitir que nos disciplinen con hambre y palos”, declaró Yasky frente a la prensa.

El Contexto Político y la Respuesta Oficial

El gobierno de Milei, en el poder desde diciembre de 2023, ha implementado un severo ajuste fiscal que incluye recortes en las jubilaciones, argumentando la necesidad de equilibrar las cuentas públicas. La reciente movilización también buscaba rechazar el veto presidencial a una ley de movilidad jubilatoria aprobada por el Congreso en 2024, que proponía ajustes mensuales basados en la inflación y los salarios.

Desde la Casa Rosada, el vocero presidencial Manuel Adorni minimizó la protesta, calificándola como “una marcha de barrabravas de izquierda con baja convocatoria”. La ministra Bullrich, por su parte, justificó el accionar policial alegando que los detenidos –103 según el Ministerio de Seguridad de la Ciudad, más 14 por fuerzas federales– buscaban generar disturbios. Sin embargo, las imágenes de jubilados heridos y la ausencia de violencia inicial por parte de los manifestantes contradicen esta narrativa.

Un País en Alerta

La represión de este 12 de marzo no es un hecho aislado. Desde agosto de 2024, las protestas de jubilados han sido sistemáticamente reprimidas, con episodios que dejaron decenas de heridos y detenidos. La escalada de hoy, sin embargo, marca un nuevo pico de tensión social tras 15 meses de gobierno libertario. En varios barrios de Buenos Aires y el conurbano, las cacerolas comenzaron a sonar pasadas las 20:00 horas, en un eco de rechazo al operativo.

Argentina enfrenta un dilema: mientras el gobierno defiende su plan económico, los sectores más vulnerables, como los jubilados, pagan el costo. La pregunta que resuena en las calles es clara: ¿hasta cuándo resistirán? Por ahora, la respuesta sigue siendo la lucha, a pesar de los gases, los golpes y la indiferencia oficial.


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