Mauricio Islas. Apocaliptic.com
14 de noviembre 2018.- Este miércoles el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, presentó junto a miembros de su gabinete, su Plan nacional de paz y seguridad, por medio del cual buscará mejorar las condiciones de vida y combatir la violencia que persiste en gran parte del país.
Dentro del plan destaca una “reformulación” de la política de combate a las drogas, donde se abre la posibilidad de la legalización y la amnistía, además de confirmar la creación de una Guardia Nacional, impulsada por al menos 50 mil nuevos elementos.
López Obrador admitió que se tomó la decisión de apoyarse en las fuerzas armadas, para esta nueva etapa de seguridad, la cual constará de 3 fases principales en un inicio:
- Primera etapa: Para integrar a la Policía Militar, Naval y Federal a la denominada Guardia Nacional.
- Segunda etapa: Se sumarán miembros activos de las Fuerzas Armadas.
- Tercera etapa: Se convocará a 50 mil jóvenes a incorporarse en un plazo de 3 años.
López Obrador defendió su posición afirmando que en el terreno práctico solo eran dos las opciones, y «al final de cuentas la política es optar entre inconvenientes, y tiene que tomar uno decisiones. Apoyarnos en las Fuerzas Armadas, esa fue la decisión que tomamos”,
La Guardia Nacional está planteada para dividirse en 266 coordinaciones territoriales, aunque en un inicio se empezará con 150, considerando que se requieren unos 500 elementos para cada coordinación.
“Les pedimos que nos apoyen por que hay que hacer una reforma constitucional, ya no queremos la simulación, solo en el Porfiriato se decía y se usaba la frase de que la Constitución se respetaba en la forma, para violarse en el fondo, nosotros no somos porfiristas, vamos a respetar la Constitución en la forma y el fondo”, afirmó el mandatario.
Obrador también hizo referencia a la Guardia Nacional, como un equivalente a las Gendarmerías dependientes de las fuerzas armadas que existen en otros países como España o Francia.
Esta determinación ha comenzado a generar controversia en orgazaciones sociales; el colectivo Seguridad Sin Guerra, donde participan decenas de agrupaciones sociales y de derechos humanos, y que ha estado en campaña para solicitar la declaración de inconstitucionalidad de la Ley de Seguridad Interior, criticó la iniciativa, debido a que está sustentada en la misma atribución al ejército, de facultades para las cuales no ha sido capacitado.
De igual forma se cuestionó que la mayoría absoluta, pueda abrir la posibilidad de reformar la constitución, sin realizar un amplio debate nacional al respecto.
Entre los participantes también estuvo Alfonso Durazo, el próximo secretario de Seguridad, quien afirmó que se estarán implementando estrategias multidimensionales y radicales, dirigidas contra «la raíz de la aguda crisis de violencia que vive el país».
Durazo destacó que uno de los primeros ejes de la estrategia será la erradicación total de la corrupción en todas las corporaciones, afirmando que desde la implementación del nuevo plan de seguridad, adoptarán medidas como el hecho de empezar a eliminar las adjudicaciones directas.
El responsable del proyecto de seguridad para el nuevo sexenio también refrendó la posición de acabar con la política prohibicionista, como parte de una nueva estrategia de combate a las drogas y la inseguridad.
A pesar de los resultados obtenidos en los diálogos previos para definir esta estrategia, el virtual próximo titular de la seguridad nacional, insistió también con el tema de la amnistía a ciertos grupos infractores, aunque señalando que será necesario que víctimas acepten otorgar el perdón.
Por otra parte afirmó que se investigará con rigor toda denuncia de violación a los derechos humanos, afirmando que mantendrá una política de respeto y promoción de los derechos humanos.
