El Observatorio de la Guardia Nacional y Militarización de México y la organización Causa en Común, presentaron ante el Senado de la República su Cuarto Informe, donde concluyen que a pesar de que la estrategia actual del gobierno federal lleva ya 4 años de desarrollo, su desempeño continúa siendo deficiente, pues persisten cifras que exponen la grave situación de inseguridad que impera en gran parte del territorio nacional.
A cuatro años de la fundación de la Guardia Nacional (GN), en México se mantienen una de las tasas más altas de desapariciones y homicidios de todo el mundo, sin que se haya presentado tampoco una reducción que pudiera denotar que al menos se está en un rumbo positivo.
La GN “no ha dado resultados, carece de objetivos claros que puedan ser monitoreados y evaluados”, concluyó esta coalición de organizaciones, donde se integran asociaciones como Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos, Delibera A.C, Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez, Red Nacional de Profesionistas en Seguridad Pública, entre otras.
México recientemente atravesó de hecho los tres años más violentos en su historia, y tan solo en 2022 se reportaron casi 31 mil homicidios dolosos, e incluso hay casos como el mes de junio, donde se llegaron a reportar 77 asesinatos en promedio al día.
De enero de 2019 a marzo de 2023 la Defensa, Semar y Guardia Nacional acumularon además 4,012 quejas por presuntas violaciones a los derechos humanos, además de torturas, desapariciones, tratos crueles y detenciones arbitrarias.
Causa preocupación también el hecho que se ha detectado espionaje en contra de periodistas y defensores de derechos humanos, a pesar de que el presidente también había prometido que este tipo de estrategias no se utilizarían en su gobierno.
En el informe también se denunció que tras una auditoría a la GN, solo un 62 % del personal existente actualmente, ha recibido alguna capacitación; lo que explicaría en gran medida el débil desempeño en el combate al crimen organizado.
Causa en Común y el Observatorio mostraron que el 71 % del total de los elementos de la Guardia Nacional son militares, a pesar de que en un inicio se tenía la intención de mantener una proporción importante con mandos e integrantes civiles, pues se trataría supuestamente de un organismo que sustituye a la extinta Policía Federal.
Además de expresar preocupación por la grave situación de violencia, también se externaron indicios de opacidad y posible corrupción, puesto que al generar que los presupuestos a las fuerzas armadas se manejen a discreción se corren mayores riesgos; “la tradicional opacidad de estas instituciones, incrementa el riesgo de corrupción”, señala el informe, donde también se hace hincapié en que “el protagonismo militar no es compatible con un sistema democrático definido por la preeminencia de las instituciones civiles”.
