VERDADES MENTIROSAS… BLONDE                                       

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VERDADES MENTIROSAS…                                               

 

“Una mujer inteligente besa, pero no ama, escucha, pero no cree,

y se va antes de que la dejen”

              Marilyn Monroe.

 

Por GERARDO LARA

No acostumbro tocar el tema cinematográfico en esta columna, pero soy un devoto de Marilyn Monroe desde que nací y soy fan de la novela BLONDE, que conozco muy bien desde hace varios años, por ello hago una excepción.

Desde el nombre que le dio su madre, NORMA JEAN, una composición del nombre de dos actrices que admiraba, ambas legendarias; Norma Talmadge y Jean Harlow, el destino de la chica se fue fraguando, nacida en el corazón de Hollywood, todo era cuestión de tiempo para que se convirtiera en otra, en Marilyn Monroe, es el punto de partida de la obra literaria.

Seguramente el guion cinematográfico iba forrado de muchísimos dólares, como para que la gran escritora JOYCE CAROL OATES, haya aceptado tan hilarante cuan pretenciosa adaptación de su formidable novela BLONDE y haya permitido el despropósito descomunal de que fuese NETFLIX quien produjera la cinta; ya de entrada nada bueno le auguraba al malhadado proyecto.

No importa si Marilyn Monroe “era así” como la presenta la película, tampoco importa en realidad si los sucesos que se narran son “ciertos o falsos”; lo que importa es la adaptación de la novela y su realización cinematográfica que terminaron creando uno de los petardos más escandalosos en lo que va del siglo.

La pretensión de leer el interior del personaje de Norma Jean Baker y de Marilyn Monroe a base de retazos descontextualizados, ha hecho del hiper/largometraje BLONDE una obra viñetera, puñetera y plañidera.

Compungida durante las tres horas que dura la película, Ana de Armas no atina a llegar a ningún lado, pues parece consciente de su desgracia todo el tiempo, como si llevará en sus ojos el sino trágico, así la pantalla se llena de pucheros que colocan a la interpretación muy cerca de la parodia, muy cerca de Libertad Lamarque y a años luz de Marilyn Monroe.

Toda la película en sí termina siendo una parodia involuntaria porque su eje dramático es la auto/autocompasión delirante, a la que se le podría ahorrar una hora de metraje y no pasa nada.

Despojada de todo erotismo, la propuesta, timorata hasta la autocensura, termina siendo un concierto de moralina catequizante y pedante, que presume todo el tiempo de profundidad, pero siempre se queda en la superficie.

Esas cámaras lentas que pretenden llegar al “interior del personaje” y que intentan hacer abstracciones de su drama, se vuelven ridículas a base de machacarse hasta la saciedad; pretende e intenta, se adivinan sus intenciones, pero no se logra nada; es una película sin corazón. Tiene lógica viniendo de Netflix.

Tal vez todo eso explique el derrumbe de la película en la plataforma, que ha quedado muy por debajo de las expectativas que se forjaron, a pesar de tanto aplauso festivalero, bajo las mediciones de la misma empresa, BLONDE se derrumbó.

¿Cuál es la causa de haber quedado tan lejos del mito? a nivel de una película muy pequeña (a pesar de que se hace interminable) pequeñísima para un personaje del olimpo legendario.

El público pone como pretexto la banalidad de que “Marilyn no era así” pero en el fondo su rechazo viene de que esperaban ver a un ser humano no una abstracción.

JOYCE CAROL OATES

 

 

 

 

 

 

 

 

 


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