El 6 de diciembre de 2025, cerca de las 11:40 horas, una camioneta Nissan NP300 cargada con explosivos detonó en el centro de Coahuayana, Michoacán, frente a las instalaciones de la Policía Comunitaria. El ataque dejó cinco personas muertas y al menos doce heridas, además de daños considerables en vehículos y construcciones aledañas.
Víctimas y heridos
Las personas fallecidas fueron tres integrantes de la Policía Comunitaria y los dos ocupantes del vehículo utilizado para el atentado. Entre los heridos hay policías comunitarios y civiles; varios permanecen hospitalizados con lesiones graves por quemaduras y esquirlas.
Las primeras indagatorias señalan que la camioneta provenía del estado de Colima y que transportaba explosivos de alto poder. Autoridades no descartan el uso simultáneo de drones para lanzar artefactos adicionales. No hay personas detenidas ni grupo que haya reivindicado el ataque, aunque la principal línea de investigación apunta a la disputa territorial entre organizaciones criminales.
Un municipio en zona estratégica
Coahuayana se ubica en la costa michoacana, región clave para el trasiego de droga y utilizada por células criminales para recibir cargamentos que llegan por mar.
La Policía Comunitaria local, conformada hace años para enfrentar a la delincuencia, ha mantenido una postura de resistencia frente a los intentos de control de grupos armados, lo que la ha convertido en objetivo frecuente de amenazas y agresiones.
Clasificación del delito y postura federal
La investigación fue atraída por la Fiscalía General de la República. Inicialmente se abrió una carpeta por terrorismo, pero el 8 de diciembre la tipificación cambió a delincuencia organizada, decisión que generó cuestionamientos públicos sobre los criterios para calificar este tipo de ataques.
La presidenta Claudia Sheinbaum abordó el tema en su conferencia matutina del 8 de diciembre y señaló que corresponde a la Fiscalía explicar el cambio en la clasificación. Anunció que el Gabinete de Seguridad presentará el 9 de diciembre un informe detallado sobre los avances y los criterios que se seguirán para clasificar hechos similares. Reiteró que la estrategia de seguridad federal continuará sin modificaciones, reforzando las labores de inteligencia e investigación.
Respuesta de seguridad y contexto regional
Tras el atentado, la zona fue acordonada y reforzada con elementos de la Guardia Nacional, el Ejército y la Marina. El gobierno estatal ofreció recompensas por información que ayude a identificar a los responsables.
Este episodio se perfila como uno de los ataques con explosivos más graves en Michoacán en los últimos años, y vuelve a exhibir la persistencia de niveles extremadamente altos de violencia en regiones disputadas por el control territorial y las rutas del narcotráfico. La investigación permanece en curso.














