Se fuga coronel implicado en el caso Carlos Manzo

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La desaparición de un coronel retirado, pieza clave en el esquema de seguridad del alcalde de Uruapan, ha complicado el avance de la investigación por el homicidio de Carlos Alberto Manzo Rodríguez, asesinado el 1 de noviembre durante un acto público. José Manuel Jiménez Miranda, exjefe de escoltas del edil, se mantiene prófugo desde el 21 de noviembre, cuando logró escapar de un operativo policial. Su ausencia deja un vacío crítico para las autoridades, que buscan definir responsabilidades en las fallas de protección que rodearon al presidente municipal.

La Fiscalía General del Estado (FGE) de Michoacán confirmó que existe una orden de aprehensión contra Jiménez Miranda por homicidio en comisión por omisión, acusación que también pesa sobre siete de sus subordinados. Estos últimos fueron detenidos durante el operativo en la Casa de la Cultura de Uruapan y vinculados a proceso el 27 de noviembre, al término de una audiencia de 18 horas. El coronel, considerado el octavo objetivo de la acción judicial, no fue encontrado en el lugar y desde entonces no ha respondido ante la autoridad.

Trayectoria dentro del municipio

Originario de Michoacán y con 43 años de servicio en el Ejército, donde alcanzó el grado de coronel de infantería, Jiménez Miranda asumió un papel central en la seguridad municipal al inicio de la administración de Manzo, en septiembre de 2024. Fue nombrado secretario de Seguridad Pública, Tránsito y Vialidad Municipal el 1 de septiembre, cargo que solo mantuvo 28 días.

Su salida ocurrió tras una denuncia presentada por su esposa al 911, en la que lo acusó de agresiones físicas y psicológicas, así como amenazas con arma de fuego dentro de su domicilio en el fraccionamiento El Mirador. El propio alcalde anunció su separación para permitir el esclarecimiento de esos señalamientos. Más tarde, y tras un acuerdo entre las partes, fue reincorporado como jefe de escoltas personales.

En esta función reclutó directamente al grupo encargado de la protección inmediata del edil, integrado mayoritariamente por exmilitares provenientes de otros estados. Esa cercanía lo convirtió en un operador de confianza, aunque generó tensiones dentro del propio equipo municipal por el fuerte control que ejercía sobre la estructura de seguridad.

El homicidio y las fallas del esquema de protección

El 1 de noviembre, durante el Festival de Velas en la plaza principal de Uruapan, un joven de 17 años, identificado como Víctor Manuel Ubaldo Vidales, atacó a Manzo y le disparó en seis ocasiones. El agresor fue abatido en el sitio, pero logró acercarse al alcalde sin que el equipo de seguridad detectara el riesgo.

La FGE investiga el crimen como homicidio doloso calificado, con posibles vínculos a disputas por extorsiones en una zona marcada por la presencia del crimen organizado. Los siete escoltas bajo el mando de Jiménez Miranda fueron acusados de no haber repelido el ataque ni identificado amenazas previas, pese a su condición de garantes de la protección.

Un juez dictó prisión preventiva para ellos en el Centro Penitenciario de Mil Cumbres. En la misma audiencia fue vinculado a proceso Jorge Armando “N”, alias “El Licenciado”, señalado como operador logístico del homicidio y relacionado con el Cártel Jalisco Nueva Generación.

En este escenario, Jiménez Miranda es considerado el responsable final de la selección, capacitación y protocolos del equipo de seguridad. Su testimonio y eventual detención son considerados fundamentales para determinar si las omisiones obedecieron a negligencia o a factores adicionales.








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