Sheinbaum condena homenaje del gobierno de Guerrero al criminal Rubén Figueroa

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La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo condenó públicamente el homenaje que el gobierno de Guerrero rindió al exgobernador Rubén Figueroa Figueroa, señalado por graves violaciones a los derechos humanos durante la Guerra Sucia en México.

El acto, realizado el 9 de noviembre en Huitzuco de los Figueroa, con motivo del 117 aniversario del natalicio del exmandatario, fue organizado por la Secretaría de Cultura de Guerrero, bajo la administración de Evelyn Salgado Pineda.

La ceremonia incluyó ofrendas florales ante un busto y mensajes que exaltaron su supuesto aporte al desarrollo del estado. Sin embargo, el homenaje desató una fuerte ola de críticas de organizaciones civiles, familiares de víctimas y defensores de derechos humanos, que lo calificaron como una afrenta a la memoria colectiva.

Indignación social y reclamos por impunidad

Organizaciones como el Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan y colectivos de desaparecidos repudiaron el evento, acusando al gobierno estatal de glorificar a un responsable de persecuciones y desapariciones durante los años setenta. En redes sociales, la condena se multiplicó.

El subsecretario de Derechos Humanos, Alejandro Encinas Rodríguez, escribió en X: “Hoy el gobierno de Guerrero rinde homenaje a Rubén Figueroa Figueroa, uno de los mayores violadores de derechos humanos en la historia de Guerrero y México”. Su publicación generó cientos de reacciones y reavivó el debate sobre la permanencia de efemérides vinculadas al viejo régimen priista.

También el monero @monerorape calificó el acto como un “insulto a la memoria histórica”, recordando los asesinatos de los líderes guerrilleros Lucio Cabañas y Genaro Vázquez. Las críticas se extendieron a militantes de Morena, intelectuales y colectivos que exigieron la cancelación del tributo y una revisión de los símbolos cívicos del estado.

La postura de Sheinbaum

Durante su conferencia matutina, Sheinbaum Pardo abordó el tema tras una pregunta de la prensa:

“Pregunté por qué había sido, y dicen que está en los días cívicos de Guerrero. Pues sí, se conmemora a los héroes y a las heroínas, ¿no? Entonces creo que sí tiene que revisar Guerrero si está en los días cívicos a esta persona. Porque fue alguien que se caracterizó por la represión al pueblo de Guerrero.”

La Secretaría de Cultura rectifica

Tras la ola de críticas, la Secretaría de Cultura del Estado de Guerrero retiró de sus redes sociales y sitios oficiales todo el contenido relacionado con el homenaje y difundió un comunicado en el que reconoció la necesidad de revisar el marco normativo que dio pie a la conmemoración.

En el documento, fechado el 11 de noviembre, la dependencia afirma que el acto se sustentó en la Ley Número 761 sobre Símbolos de Identidad y Pertenencia del Estado de Guerrero, vigente desde 2018, y señala que desde su última reforma en 2019 no se habían realizado modificaciones. El texto invita a una “reflexión sobre los valores, memorias e identidades que se expresan en la vida pública del estado” y reafirma el compromiso de la institución con una historia “más incluyente, democrática y respetuosa de los derechos humanos”.

De igual forma en el Congreso local, dominado por Morena, se anunció la discusión de una iniciativa para eliminar fechas conmemorativas asociadas a figuras autoritarias.

El legado oscuro del “Tigre de Huitzuco”

Rubén Figueroa Figueroa, apodado “el Tigre de Huitzuco”, fue un político priista que gobernó Guerrero entre 1975 y 1981. Su gestión quedó marcada por la represión sistemática de movimientos sociales, campesinos y guerrilleros.

Antes de asumir el cargo, fue privado de su libertad por 11 días en 1974 por el Partido de los Pobres, encabezado por Lucio Cabañas, para conseguir -con éxito- la liberación de 23 presos políticos. Tras su liberación, impulsó operaciones coordinadas con el Ejército y la Dirección Federal de Seguridad (DFS) para desarticular movimientos disidentes. Ya como gobernador, profundizó esa política represiva, autorizando redadas, detenciones arbitrarias y desapariciones forzadas en la Costa Grande y la Sierra de Guerrero.

De acuerdo con informes de la Comisión de la Verdad de Guerrero y del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, Figueroa fue responsable directo de cientos de desapariciones y ejecuciones extrajudiciales. Fue también un elemento clave para la ejecución de los «vuelos de la muerte», siendo las fuerzas estatales las responsables de la detención de decenas de disidentes políticos que terminaron siendo ejecutados por el Ejército Mexicano.

Pese a las denuncias y a los informes de organismos nacionales e internacionales, Figueroa nunca enfrentó juicio. Murió en 1991 sin rendir cuentas por los crímenes cometidos durante su mandato. En 2001, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos emitió recomendaciones por violaciones graves ocurridas en su gobierno, mientras que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) calificó la Guerra Sucia como un crimen de lesa humanidad por su sistematicidad y la magnitud de las desapariciones forzadas.








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