VERDADES MENTIROSAS… El Pasado Imposible

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 La Historia no se repite nunca. Los seres humanos, siempre”

             Voltaire

Cuando el programa político de un líder, un partido, un movimiento y una nación, parte del principio del “REGRESO” con el objetivo de “volver a ser” es inevitable el anclaje en el pasado y la atrofia de cualquier futuro, es el caso del principio fundamental del gran Estados Unidos; “Make America Great Again” o de la creación del gran Israel, se atrofia el futuro en la búsqueda del imposible.

El objetivo central de Donald I es “hacer Grande a Estados Unidos otra vez” lo que es un despropósito histórico pues Estados Unidos, América y el mundo no son los mismos de los años cincuenta del siglo XX, las condiciones y la situación de la vida humana es otra. Venimos de allá, pero estamos en otro lado.

El Estados Unidos en el que gobierna Donald Trump, es muy distinto al que irrumpió en los cincuentas como la súper potencia hegemónica que tenía a la Unión Soviética como contra parte, débil económicamente, aunque potente militarmente, hasta que Estados Unidos decidió aniquilar lo que en el fondo fue una farsa y un ensayo.

Pero la Unión Soviética jamás tuvo el poderío económico, tecnológico, industrial y cultural de China, que en lo militar es ya también una potencia como quedó demostrado en los eventos con motivo del encuentro de Shangai.

Los discursos de Shangai de Xi Jinping y Vladimir Putin, miran hacia el futuro, no quieren un regreso, no plantean un “otra vez” proponen un “por primera vez” plantean una nueva forma de la relación entre las naciones, quieren crear la paz, a partir de la soberanía y la autodeterminación de los pueblos y del desarrollo compartido.

El encuentro de Shangai, en el que la India fue el sorpresivo participante y Corea del Norte e Irán los aliados estratégicos, Donald I recibió una paliza; el punto de inflexión no fue la bufonada de Alaska sino el pacto de Shangai”, el parte/aguas se movió de Norteamérica al “sur global”

Esa noche Donald I no pudo conciliar el sueño y respondió como un narcisista infantil ya con rasgos seniles; cambió el nombre de Departamento de Defensa a Departamento de Guerra. Y repitió en redes sociales que Estados Unidos es muy poderoso y que siempre han ganado las guerras, frases que replicaron en la Casa Blanca y el pentágono como queriendo convencerse a sí mismos, les va perfecta la caracterización de Eduardo Galeano, son “ventrílocuos de los muertos».

Acto seguido el sicario Netanyahu bombardeó las negociaciones con HAMAS en Qatar y Estados Unidos destruyó una lancha con once personas cerca de Venezuela, la guerra es multidimensional y global, incluye el interior de Estados Unidos como bien lo dice la imagen de Donald I con sombrero de vaquero e insignias  militares  imitando  a Denis Hooper en Apocalipsis Now y parafraseando la frase del personaje, “me encanta el olor del napalm  por las mañanas”, por “me encanta el olor de las deportaciones en las mañanas” y teniendo de fondo  la ciudad de Chicago incendiada, completando el mensaje en su red social con la advertencia “Chicago sabrá pronto porque cambió de nombre a departamento de guerra”.

Ya sabemos que el nuevo reparto del mundo por su carácter existencial no sucederá en paz y mucho menos si ha sido herida la fiera; Estados Unidos no presenta síntomas de grandeza alguna, no hay algún signo que indique la vuelta al “pasado glorioso”, Donald I está fracasando en el logro de sus objetivos y empequeñeció a la luz de los pactos de Shangai.

El emperador pasó una noche triste al ver que la creación de una nueva “gobernanza global” se gesta sin su participación; ¡decía un viejo experto que, en geopolítica, quien no es invitado a la mesa, es parte del Menú! Los chinos son más filosos pues dicen que “si no eres la tabla o el cuchillo serás el pescado”

 

 







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