Un nuevo acto atroz cometido por el Estado de Israel este lunes ha generado gran controversia a nivel internacional. El régimen israelí realizó un doble bombardeo contra el hospital Nasser en Khan Yunis, al sur de la franja de Gaza, donde además de atacar a víctimas heridas y personal médico, también resultaron fallecidos varios trabajadores de la prensa en lo que aparentemente fue un ataque deliberado.
El ataque: una estrategia de doble bombardeo
El Ejército de Israel, que cuenta con toda la precisión para saber a dónde van sus ataques, realizó un primer bombardeo contra el hospital dejando severos daños.
A los pocos minutos, cuando se encontraban paramédicos y rescatistas levantando escombros en el cuarto piso, así como también reporteros cubriendo este hecho, se registró un segundo bombardeo en ese mismo punto, atacando así a quienes intentaban salvar a los heridos y documentar lo ocurrido.
Nuevo crimen de lesa humanidad contra la libertad de prensa
Hasta el momento se ha confirmado la muerte de cinco periodistas en este ataque, incluidos varios colaboradores de agencias internacionales:
- Hossam Al-Masri: camarógrafo de la agencia de noticias Reuters
- Mohammed Salama: camarógrafo de la cadena Al Jazeera
- Mariam Abu-Daqqa: periodista freelance que colaboraba con AP
- Moaz Abu-Taha: reportero freelance que colaboraba con NBC
- Ahmed Abu-Assís: periodista de Red Cross Fit y otros medios
Además, el periodista Hatem Khaled, colaborador de Reuters, resultó herido en el incidente. Hasta el momento se han confirmado al menos 20 fallecidos y medio centenar de heridos con estos ataques.
Otras agencias, como AFP, lograron documentar imágenes de los escombros y cuerpos ensangrentados en el hospital, así como del ataque directo contra los periodistas que se encontraban documentando estos hechos.
Reacciones internacionales
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, condenó enérgicamente el ataque e hizo un llamado a una investigación pronta e imparcial sobre estos asesinatos, reiterando que periodistas y trabajadores médicos deben ser protegidos conforme al derecho internacional humanitario. También reiteró el llamado al alto al fuego inmediato y permanente, así como al acceso humanitario sin restricciones.
Filipe Lazzarini, el comisionado general de la UNRWA, también denunció que este ataque equivale a silenciar las últimas voces que informan sobre los niños que mueren en medio de la hambruna. Citando a Hannah Arendt, señaló que «la muerte de la empatía humana es una señal de barbarie».
La relatora especial de la ONU, Francesca Albanese, también condenó severamente el ataque: «Les ruego a los estados: ¿cuánto más deben ver antes de que actúen para detener esta carnicería?», denunció a través de sus canales oficiales, donde también instó a los estados del mundo a tomar medidas urgentes para detener el genocidio, incluyendo el embargo de armas a Israel, levantar el bloqueo de ayuda humanitaria en Gaza y aplicar sanciones contra el régimen israelí.
El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, denunció que el edificio principal del hospital, que alberga el departamento de emergencias, la sala de pacientes internados y la unidad quirúrgica, fue impactado. El ataque dañó la escalera de emergencia. «Mientras la gente en Gaza está siendo privada de alimentos, su ya limitado acceso a la atención médica está siendo aún más devastado por ataques repetidos. No podemos decirlo lo suficientemente fuerte: DETENGAN los ataques contra la atención médica. ¡Alto al fuego ahora!», declaró el director de la OMS.
Incluso el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, manifestó su descontento por el suceso: «No estoy contento con esto, no quiero verlo. Al mismo tiempo tenemos que terminar con toda esa pesadilla», declaró cuando fue cuestionado al respecto en la Oficina Oval por la prensa.
Los periodistas israelíes contra Gaza, la mayoría de ellos palestinos, han pagado un alto precio en este conflicto. El gobierno local de Gaza ha reportado una cifra de 245 periodistas y comunicadores víctimas del proceso de genocidio perpetrado por el régimen israelí.
Diversas organizaciones de derechos humanos, así como también de defensa de periodistas como la FIP (Federación Internacional de Periodistas), emitieron condenas por esta nueva agresión del Estado sionista en contra de la libertad de prensa.