El sector empresarial del Estado de México expresó su creciente preocupación ante el repunte de unidades económicas que operan en la informalidad, fenómeno que, de acuerdo con los resultados definitivos más recientes de los Censos Económicos del INEGI, mantiene a la entidad en la segunda posición nacional con el mayor número de negocios informales en el país solo después de Oaxaca.
Mauricio Massud Martínez, Presidente del Consejo de Cámaras y Asociaciones Empresariales del Estado de México refirió que el crecimiento reportado en los últimos 5 años al pasar del 79.4 al 79.8 por ciento de unidades en informalidad refleja una situación económica compleja, pocos incentivos para operar legalmente y un deterioro significativo en la capacidad recaudatoria del Estado lo que eventualmente tendrá repercusiones en materia social, educativa, de salud y servicios.
“El crecimiento de la informalidad es una seria preocupación para quienes operamos dentro del marco legal, pero también debe ser un llamado urgente para las autoridades. Es indispensable establecer esquemas que hagan competitiva y atractiva la formalidad, además de respaldar al sector empresarial con infraestructura y servicios de calidad. Nadie está dispuesto a pagar por servicios públicos que no recibe o que no cumplen con los estándares básicos.”
Este tipo de unidades económicas no realiza el pago de seguridad social ni otorga prestaciones laborales a sus colaboradores; además, carecen de administración estructurada, registros contables formales y mecanismos fiscales que garanticen su integración al desarrollo económico ordenado.
Aunado a ello, el número de personas empleadas bajo este esquema ha mostrado un crecimiento sostenido en los últimos años, representando al momento el 24.8 por ciento del PIB en el país.
Massud Martínez explicó que en los últimos años al menos cuatro de cada diez negocios que comenzaron operaciones lo hicieron desde la informalidad, lo que refleja un entorno económico que desincentiva la regularización y el cumplimiento.
“No hablamos solo de negocios en las banquetas o avenidas, sino de todo el sistema económico que está operando, ya sea de manera virtual o en locales establecidos, que no encuentran una motivación para operar formalmente, y eso habla de pérdida de confianza y de permisividad de las autoridades”
Entre las causas identificadas por el sector destacan la complejidad y los costos asociados a la apertura de nuevos negocios, la excesiva vigilancia e inspección por parte de distintas autoridades, así como el incremento de impuestos y obligaciones para quienes operan desde el sector formal. Esta combinación de factores ha generado un entorno poco competitivo para quienes sí cumplen con la ley, pero también propicia que nuevas unidades económicas eviten integrarse al sistema formal desde el inicio.
El líder de los empresarios en el Estado de México refirió que es urgente que las autoridades estatales y federales apliquen políticas públicas que simplifiquen y estimulen la formalización, reduzcan la carga administrativa y fiscal de las pequeñas y medianas empresas, y fortalezcan el Estado de Derecho como base para un crecimiento económico sostenido e incluyente.