Este viernes, Ovidio Guzmán, hijo del notorio capo mexicano Joaquín «El Chapo» Guzmán, se declaró culpable de cuatro cargos graves relacionados con el narcotráfico internacional y el crimen organizado.

La audiencia, que tuvo lugar a las 12:30 p.m. hora local de NY, marcó un momento clave en los esfuerzos por desmantelar el Cártel de Sinaloa, con Guzmán admitiendo su rol como líder de la organización y su participación en el tráfico de fentanilo y otras drogas hacia Estados Unidos.

Durante la sesión, Guzmán compareció vestido con un overol naranja, con los pies encadenados, y en ocasiones mostró una voz temblorosa al dirigirse a la jueza Sharon Coleman. Reconoció haber operado una empresa criminal de gran escala, una confesión que podría acarrearle una sentencia de cadena perpetua. Como parte del acuerdo legal, también se comprometió a pagar una suma considerable de 80 millones de dólares, lo que refleja el alcance financiero de las operaciones que dirigía.

El acuerdo incluye una promesa condicional por parte de los fiscales de solicitar una pena menor a la cadena perpetua, siempre y cuando Guzmán colabore como testigo. Esta colaboración implicará brindar asistencia, información y testimonios a las autoridades federales.

Los detalles de su rol como testigo cooperante serán evaluados en los próximos seis meses, con una audiencia de sentencia programada para determinar su aporte. Los fiscales han indicado que su cooperación apoyará investigaciones en curso en varias jurisdicciones de Estados Unidos, incluyendo Illinois, Nueva York, California y la división de narcóticos del Departamento de Justicia.

Guzmán también abordó cuestiones de salud personal durante la audiencia, revelando que padece depresión y está bajo tratamiento médico. Aseguró a la corte que estos medicamentos no han afectado su capacidad de juicio, afirmando que su decisión de declararse culpable fue tomada libremente con el asesoramiento de su abogado.

Observadores destacaron el estado físico y emocional de Guzmán, describiéndolo como notablemente cambiado: con una postura encorvada, ojeras marcadas y un cuerpo visiblemente más delgado, lo que sugiere el impacto de sus circunstancias. Su abogado, Jeffrey Lichtman, comentó tras la audiencia que, aunque los detalles de la cooperación esperada aún no están claros, confía en que Guzmán cumplirá con las expectativas de los fiscales. Lichtman negó además que el traslado de familiares de Guzmán haya formado parte de las negociaciones.

El caso ha generado una atención considerable, con los alrededores de la corte llenos de medios de comunicación mientras las autoridades esperan nuevos desarrollos. El testimonio de Guzmán se espera que ofrezca información clave sobre el funcionamiento interno del Cártel de Sinaloa, lo que podría influir en futuras acciones legales contra otros miembros de la organización.

 

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