El régimen de Israel lanzó esta madrugada un ataque militar de gran escala contra Irán, intensificando las tensiones en Medio Oriente. La operación, denominada «Rising Lion», ha generado una crisis internacional, con varios países cerrando sus espacios aéreos y tanto Israel como Irán declarándose en alerta máxima.
El ataque, que tuvo lugar alrededor de las 3:30 de la mañana hora local, se dirigió contra múltiples objetivos en territorio iraní, incluyendo instalaciones nucleares clave. Según fuentes israelíes, uno de los blancos principales fue el centro de enriquecimiento de uranio en Natanz, considerado el corazón del programa nuclear iraní. Además, se reportaron ataques en la capital, Teherán, donde varios edificios fueron alcanzados, uno de ellos completamente destruido y otros envueltos en llamas.
Las Fuerzas Armadas de Israel confirmaron que la operación buscaba no solo dañar infraestructura nuclear, sino también eliminar a altos funcionarios del ejército iraní. Rumores no confirmados sugieren que el jefe de las Fuerzas Armadas de Irán, Mohammad Bagheri, podría haber sido asesinado, aunque aún no hay información oficial al respecto.
Lo que sí ha sido corroborado, según imágenes que circulan en medios internacionales, es la trágica pérdida de vidas civiles, incluidos niños, en al menos dos ciudades iraníes afectadas por los bombardeos.
El ataque se desarrolló en dos oleadas: una primera incursión a las 3:30 de la mañana, seguida minutos después por una segunda andanada de misiles de largo alcance contra diversos puntos estratégicos del país persa. Las defensas antiaéreas iraníes se activaron de inmediato y, según reportes preliminares de medios locales, estarían operando al 100% de su capacidad en un esfuerzo por contrarrestar los ataques.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, reivindicó la operación, calificándola como un paso necesario para «neutralizar la amenaza nuclear de Irán». Estas declaraciones han generado controversia, ya que Irán, a diferencia de Israel, no posee armas nucleares y ha sostenido consistentemente que su programa nuclear tiene fines pacíficos, enfocados en el uso de energía nuclear, un derecho que el país reivindica.
La comunidad internacional ha reaccionado con preocupación ante la escalada del conflicto. Desde Estados Unidos, Marco Rubio, jefe del Departamento de Estado, aclaró que su país no participó en la operación militar, alineándose con declaraciones previas del expresidente Donald Trump, quien había insinuado que Washington no apoyaría una acción militar israelí contra Irán en este momento. Este deslinde se produce en un contexto en el que parecían avanzar negociaciones para alcanzar un acuerdo diplomático sobre el programa nuclear iraní.
La situación sigue siendo extremadamente volátil, con el potencial de desencadenar una escalada aún mayor en la región.
En Israel se reportó el cierre del Aeropuerto Ben Gurión de Tel Aviv, y se emitió una alerta nacionaL, el vocero de las fuerzas armadas sionistas, también reconoció que se espera una respuesta militar de Irán, la cual podría llegar en cualquier momento.