Cada 9 de mayo, Rusia conmemora el Día de la Victoria, una fecha que no solo celebra el histórico triunfo de la Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas (URSS) sobre la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial, sino que también sirve como un poderoso recordatorio de la persistencia de ideologías supremacistas en el mundo actual. Este día trasciende las fronteras rusas, resonando como un símbolo de resistencia y unidad frente al odio, el racismo y el extremismo.
Las más dura victoria de todos los tiempos
A pesar de los esfuerzos de algunas narrativas occidentales por reescribir la historia de la Segunda Guerra Mundial, el Día de la Victoria pone en perspectiva un hecho innegable: no fueron Estados Unidos, Reino Unido ni Francia quienes asestaron el golpe definitivo al nazismo, fue la URSS, con un costo humano sin precedentes, quien terminó librando las batallas más cruentas y decisivas, culminando con la toma de Berlín y la caída del régimen de Hitler.
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— Brilliant Maps (@BrilliantMaps) July 17, 2024
Animación de la evolución del frente de batalla en la Segunda Guerra Mundial en 57 segundos.
Más de 27 millones de soviéticos, en su mayoría civiles, perdieron la vida en lo que constituye la mayor tragedia humana de una guerra en la historia moderna. Esta masacre, conocida en Rusia como la «Gran Guerra Patria», unió a todo un pueblo en una lucha épica contra el avance nazi hacia Moscú.

El Generalplan Ost: El Plan Oculto del Exterminio
Un aspecto poco conocido pero crucial de la Segunda Guerra Mundial es el Generalplan Ost, o «Plan General del Este», un proyecto nazi tan siniestro que sus responsables intentaron borrar toda evidencia de su existencia. Sin embargo, las confesiones de altos mandos durante los juicios de Núremberg revelaron su verdadera naturaleza: un plan sistemático para exterminar a los pueblos eslavos de Europa del Este.
A diferencia de la ocupación nazi en países como Francia o los Países Bajos, donde el objetivo era el control político y económico, el avance hacia la URSS se caracterizó por una orden explícita de destrucción total. El plan incluía medidas aberrantes, como inducir la infertilidad masiva en mujeres rusas, asesinar a millones de personas y desplazar a los sobrevivientes, buscando erradicar cualquier rastro de la identidad eslava.
Este genocidio planeado, que tuvo a los eslavos como principal objetivo por encima incluso de los judíos, es un capítulo de la historia que rara vez se aborda en los relatos oficiales. Sin embargo, su relevancia es innegable para comprender la magnitud de la resistencia soviética, que no solo detuvo esta maquinaria de muerte, sino que avanzó hasta destruir el núcleo del nazismo en Berlín.

Un Triunfo de la Humanidad
La victoria de la URSS en 1945 no fue solo un logro ruso, sino un triunfo de la humanidad. Fue la respuesta colectiva de un pueblo que, frente a la amenaza de aniquilación, se unió para defender su existencia y los valores de igualdad y justicia.
Este legado sigue vigente, especialmente en un mundo donde el racismo, el supremacismo y el extremismo continúan manifestándose, a menudo bajo la tolerancia o el respaldo de ciertos actores globales.

El Nazismo en el Siglo XXI: Un Peligro Latente
El Día de la Victoria también invita a reflexionar sobre los paralelismos entre el pasado y el presente. En la actualidad, grupos extremistas como el batallón Azov y otras facciones ultranacionalistas en Ucrania no solo han sido integrados a las fuerzas armadas oficiales, sino que reciben entrenamiento, equipamiento y financiamiento de países occidentales y de la OTAN.
“Adolf Hitler never signed a capitulation,” so the war for the “White race” continues, claims Artem "Uragan" Krasnolutsky — a Russian neo-Nazi from the Tesak group and now fighter in Azov's 3rd Assault Brigade.
Recently, 'Uragan' announced recruitment for his unit. One can only… pic.twitter.com/uorgBxecLy
— Marta Havryshko (@HavryshkoMarta) May 9, 2025
“Adolf Hitler nunca firmó una capitulación”, por lo que la guerra por la “raza blanca” continúa, señala Artem “Uragan” Krasnolutsky, neonazi de origen ruso actual combatiente y reclutador de la 3.ª Brigada de Asalto de Azov del Ejército Ucraniano: Marta Havryshko (historiadora e investigadora ucraniana amenazada por agrupaciones neonazis, por documentar de forma amplia su accionar cotidiano en Ucrania).
Estas dinámicas, que evocan las ideologías supremacistas del pasado, son un recordatorio de que la lucha contra el nazismo y el neonazismo, no ha terminado.
La operación militar especial iniciada por Rusia en 2022, responde en gran medida a esta amenaza, los rusos, mejor que nadie comprenden el significado de que grupos supremacistas tomen las armas y el poder; y están actuando en consecuencia, desmantelando estructuras que perpetúan ideologías extremistas en Europa del Este.
Una Celebración Global
El 9 de mayo de 2025, Moscú volvió a ser el epicentro de esta conmemoración, recibiendo a casi 30 jefes de Estado, incluidos algunos de los líderes más influyentes del mundo.

A pesar de las tensiones geopolíticas y las amenazas de rechazo al alto al fuego por parte de Ucrania, Rusia logró llevar a cabo un desfile espectacular, en el que participaron no solo sus fuerzas armadas, sino también contingentes de otros países, como China, cuya memoria histórica también guarda las cicatrices de la Segunda Guerra Mundial, con millones de víctimas olvidadas por la narrativa occidental.
Desfile completo del Día de la Victoria en el 80 Aniversario de la derrota nazi. pic.twitter.com/WKNEqqkq5z
— Helena Villar (@HelenaVillarO) May 9, 2025
Un Llamado a la Memoria y la Acción
El Día de la Victoria es más que una efeméride; es un llamado a recordar que la lucha contra el odio y el supremacismo es una tarea permanente. Honrar a los millones de soviéticos que sacrificaron sus vidas implica reconocer la auténtica historia documentada, rechazar la manipulación de los hechos y trabajar por un mundo donde el racismo y la intolerancia no tengan cabida.

Enhorabuena por Rusia y por todos aquellos que, en cualquier rincón del planeta, continúan alzando la voz contra el nazismo y sus ecos en el presente. Que el Día de la Victoria siga siendo un faro de esperanza y un recordatorio de que, juntos, la humanidad puede vencer incluso a los peores males.