Este viernes, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, anunció que las autopartes producidas en México quedarán exentas de los aranceles del 25% impuestos por Estados Unidos a las importaciones de este sector. La confirmación, respaldada por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EE.UU. (CBP), es una victoria para la industria automotriz mexicana, con beneficios particularmente significativos para regiones industriales como el Estado de México.
El secretario de Economía, Marcelo Ebrard, explicó que la exención se basa en las reglas de origen del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). Estas disposiciones permiten que las autopartes mexicanas sean tratadas como productos de origen estadounidense, siempre que cumplan con los requisitos de contenido regional. Según Ebrard, esta medida es fruto de negociaciones bilaterales que buscan fortalecer la integración económica de Norteamérica.
La decisión llega en un momento crítico, tras la imposición de aranceles del 25% a vehículos y autopartes importados por parte del presidente estadounidense, Donald Trump, en marzo de 2025. Gracias al T-MEC, México y Canadá han asegurado un trato preferencial, protegiendo a sus industrias de las restricciones comerciales aplicadas a otros países. Para México, cuya industria automotriz exporta cerca del 80% de su producción a EE.UU., esta exención es un pilar para mantener su competitividad global.
El Estado de México, uno de los principales centros manufactureros del país, se perfila como un gran beneficiado. Ciudades como Toluca, Lerma y Cuautitlán Izcalli albergan plantas de autopartes que producen componentes clave, como sistemas de frenos, transmisiones y piezas electrónicas.
Empresas como Nemak, Magna y Bosch, con operaciones en la entidad, podrán mantener sus costos de producción sin el impacto de aranceles, lo que preserva miles de empleos directos e indirectos. En 2024, el Estado de México contribuyó con aproximadamente el 12% de las exportaciones nacionales de autopartes, con un valor superior a los 8,000 millones de dólares.
La exención también incentiva la inversión en la región. Las plantas del Estado de México, que ya cumplen con altos estándares de calidad y certificaciones internacionales, están bien posicionadas para atraer nuevos proyectos que busquen aprovechar las ventajas del T-MEC. Además, la cercanía geográfica con el mercado estadounidense y la infraestructura logística de la entidad refuerzan su atractivo para las cadenas de suministro globales.
Sheinbaum destacó que esta medida protege el empleo y fortalece la economía nacional, mientras que Ebrard subrayó el esfuerzo continuo en las negociaciones con EE.UU. para defender los intereses mexicanos. Ambos funcionarios reconocieron que, aunque persisten aranceles al acero y aluminio, la exención para autopartes es un paso crucial.
Para los consumidores estadounidenses, esta decisión evita incrementos en los costos de vehículos ensamblados con componentes mexicanos, lo que beneficia a la industria automotriz en su conjunto.
Sin embargo, las plantas del Estado de México y otras regiones deberán seguir invirtiendo en el cumplimiento de las reglas de origen del T-MEC, como aumentar el contenido regional, para garantizar que sus productos sigan siendo elegibles para la exención.