Hoy se conmemora el Día Mundial de la Concientización sobre el Trastorno del Espectro Autista. Aunque diversas instituciones y autoridades emiten mensajes y buenos deseos al respecto, la realidad es que en nuestro país persiste un amplio desconocimiento sobre esta condición, lo que genera importantes desafíos para las familias mexicanas que conviven con un miembro bajo este diagnóstico.
A pesar de que los retos son numerosos y complejos, a continuación, enlistamos tres grandes áreas en las que aún queda mucho por avanzar en México para ofrecer condiciones dignas a los niños, jóvenes y personas en general que viven con esta condición.
Según algunos de los estudios más recientes (EE. UU., 2020), en países como Estados Unidos se estima una prevalencia de autismo de 1 por cada 36 niños, una cifra que probablemente no dista mucho de la realidad en México. Cabe destacar que esta prevalencia ha ido en aumento en los últimos años, sin que exista aún un consenso científico sobre las causas.
1. El reto del diagnóstico
Uno de los mayores problemas en México radica en la falta de condiciones para obtener un diagnóstico certero y oportuno. Actualmente, hay niños que crecen durante años —e incluso llegan a la adolescencia o más allá— sin haber sido diagnosticados con algún tipo de autismo.
Aunque no se cuenta con una cifra exacta sobre el promedio de edad de detección en México, algunas estimaciones sugieren que ocurre principalmente entre los 3 y los 6 años. Retrasar el diagnóstico provoca que, en muchos casos, no se canalice a estas personas hacia una educación adecuada para su condición, o que no se tomen en cuenta durante su crianza características importantes acerca de su hipersensibilidad.
Es importante señalar que el autismo es un espectro con múltiples grados de intensidad: desde casos leves hasta situaciones más graves y altamente incapacitantes. En todos los casos, sin embargo, es fundamental contar con un diagnóstico especializado, preciso y oportuno.
Esta carencia representa una deficiencia significativa del sistema de salud mexicano. Hoy en día, en la mayoría de las regiones del país, las opciones disponibles se limitan principalmente a centros médicos privados que realizan estudios profesionales para determinar la presencia de autismo en menores de edad. La falta de una cultura que permita comprender qué es el autismo también contribuye a estos retrasos, un aspecto que precisamente se busca abordar con jornadas de concientización como esta.
2. Tolerancia
Es importante aclarar que el autismo no equivale a un retraso mental. Por el contrario, muchos niños autistas poseen capacidades de aprendizaje extraordinarias. Sin embargo, sus principales dificultades se encuentran en la socialización y las habilidades comunicativas, lo que puede complicar su integración en entornos cotidianos.
La falta de comprensión sobre lo que implica el autismo, así como de las necesidades y desafíos que enfrentan estos niños, genera frecuentemente un choque social. Esto puede dar lugar a bullying y otras formas de maltrato, que a su vez derivan en problemas como depresión, baja autoestima y otras afectaciones significativas en su desarrollo.
Estudios recientes indican que, a nivel global, un 60% de los niños con autismo experimenta algún tipo de bullying. Este porcentaje podría ser aún mayor en países como México, donde la cultura de la tolerancia no está suficientemente arraigada, especialmente desde edades tempranas. Esto propicia situaciones cotidianas de discriminación, rechazo, estigmatización o maltrato hacia niños con autismo, particularmente en entornos escolares.
Y es que uno de los problemas extendidos que prevalecen, y que particularmente son de amplio desconocimiento de niños y jóvenes, es el hecho que los niños y niñas autistas son más sensibles a los sonidos, pueden tener intereses distintos, o pueden simplemente tener formas de expresión diferentes; no obstante que se trata igual de niños que tienen una forma muy especial de percibir el mundo, lo cual, suele ser en realidad una virtud.
3. Educación
Uno de los desafíos más importantes recae en el modelo educativo vigente. Aunque en años recientes se han realizado esfuerzos para capacitar a los docentes en la comprensión y manejo de niños con autismo, estos avances aún se encuentran en una etapa incipiente.
Hoy en día, no todas las escuelas —públicas ni privadas— cuentan con la capacidad ni con personal preparado para ofrecer un modelo de atención adecuado a estos niños. Esta situación se agrava en contextos donde un solo docente debe atender a un gran número de alumnos, lo que hace que la educación especial para niños con autismo sea prácticamente imposible.
Si bien se han logrado algunos progresos, la realidad es que son principalmente instituciones y especialistas privados quienes ofrecen mecanismos de guía y cuidado adecuados para menores con esta condición, una alternativa que no está al alcance de todas las familias mexicanas.
En este sentido, esta jornada también invita a la reflexión y a un análisis profundo sobre las necesidades que siguen sin atenderse de manera suficiente. Este panorama resulta apremiante si consideramos el creciente porcentaje de personas que crecen con autismo tanto en nuestro país como en el mundo.
Fotografías de las actividades de conmemoración del 2 de abril, organizadas por AZUL Autismo IAP, uno de los pocos centros especializados en la atención del autismo en el Valle de Toluca.