En una sesión celebrada este martes, la Cámara de Diputados de México aprobó, tanto en lo general como en lo particular, una reforma constitucional propuesta por la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, destinada a reforzar el concepto de soberanía nacional.
Con una votación de 417 votos a favor y 36 en contra en lo general, y 327 a favor frente a 116 en contra en lo particular, el pleno dio luz verde a las modificaciones de los artículos 19 y 40 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Este paso legislativo marca un momento clave en la agenda del gobierno para blindar al país frente a posibles intervenciones extranjeras y fortalecer la lucha contra el crimen organizado.
La reforma, que ya había sido avalada por el Senado el pasado 27 de febrero, establece de manera explícita que «el pueblo de México, bajo ninguna circunstancia, aceptará intervenciones, intromisiones o cualquier otro acto desde el extranjero que sea lesivo de la integridad, independencia y soberanía de la nación». Entre los actos prohibidos se mencionan golpes de Estado, injerencias en procesos electorales y violaciones al territorio nacional por tierra, mar, aire o espacio aéreo. Asimismo, se prohíbe cualquier intervención en investigaciones o procesos judiciales sin la autorización expresa del Estado mexicano, siempre en el marco de las leyes nacionales e internacionales aplicables.
El líder de Morena en la Cámara Baja, Ricardo Monreal, calificó la reforma como un «escudo» contra cualquier agresión externa, destacando su relevancia en un contexto internacional donde las tensiones con países como Estados Unidos han aumentado, especialmente tras la designación de cárteles mexicanos como organizaciones terroristas por parte del gobierno de Donald Trump. «Esta reforma protege nuestra independencia y asegura que ninguna potencia extranjera pueda imponer su voluntad sobre México», afirmó Monreal desde la tribuna.
Uno de los puntos más destacados de la iniciativa es la ampliación del catálogo de delitos que ameritan prisión preventiva oficiosa, incluyendo ahora el terrorismo y el tráfico ilícito de armas. La reforma establece que cualquier persona, nacional o extranjera, involucrada en la fabricación, distribución, traslado o introducción ilegal de armamento al territorio mexicano enfrentará las penas más severas posibles, además de ser sujeta a esta medida cautelar. En el caso de extranjeros, las sanciones serán particularmente rigurosas, enviando un mensaje claro sobre la determinación del Estado mexicano para combatir estas actividades.
La presidenta de la Comisión de Seguridad Ciudadana, Jessica Saiden Quiroz, subrayó que estas disposiciones responden a la necesidad de proteger la seguridad nacional frente a amenazas internas y externas. «No solo estamos defendiendo nuestra soberanía política, sino también la seguridad de nuestras familias, que se ven afectadas por la violencia derivada del tráfico de armas», señaló durante el debate.
A pesar del amplio respaldo de las bancadas de Morena, el Partido del Trabajo (PT), el Partido Verde Ecologista de México (PVEM), el Partido Acción Nacional (PAN) y Movimiento Ciudadano (MC), el Partido Revolucionario Institucional (PRI) se mantuvo como la única fuerza parlamentaria en rechazar la reforma en su totalidad. Con 36 votos en contra en lo general y 116 en lo particular, los legisladores priistas argumentaron que la iniciativa es innecesaria y meramente cosmética, dado que la soberanía ya está garantizada en la Constitución y otras leyes existentes.
Alejandro Domínguez, diputado del PRI, criticó duramente el dictamen, afirmando que «la verdadera defensa de la soberanía no se hace con discursos ni reformas redundantes, sino con acciones concretas contra el crimen organizado que controla regiones enteras del país». Por su parte, el panista César Israel Damián, aunque su partido apoyó la reforma, expresó escepticismo, calificándola de «populismo constitucional» y cuestionando la falta de una estrategia integral para recuperar el control territorial frente al narcotráfico.
La aprobación de esta reforma llega en un momento de tensión diplomática con Estados Unidos, tras las declaraciones de Trump que abrieron la puerta a posibles intervenciones justificadas por la lucha contra el narcotráfico. En respuesta, la presidenta Sheinbaum ha enfatizado que México cooperará con sus socios internacionales, pero siempre bajo el principio de respeto mutuo y soberanía. «No permitiremos que nadie use nuestras fronteras como pretexto para vulnerar nuestra independencia», declaró en días recientes.
Tras su aprobación en el Congreso de la Unión, la reforma pasará ahora a las legislaturas estatales, donde deberá ser ratificada por al menos 17 congresos locales para entrar en vigor. De lograrse este paso, se espera que sea publicada en el Diario Oficial de la Federación en las próximas semanas, consolidando un nuevo capítulo en la defensa de la soberanía mexicana.