En las últimas horas, ha surgido una noticia que ha captado la atención de los usuarios del transporte público en el Estado de México, particularmente en el Valle de Toluca: los transportistas han anunciado su intención de solicitar un incremento en la tarifa mínima de los autobuses, pasando de los actuales 12 pesos a 16 pesos.
Esta propuesta, que aún debe ser presentada formalmente ante la Secretaría de Movilidad (Semov), ha generado un intenso debate entre los habitantes de la región, quienes dependen diariamente de este medio de transporte para trasladarse.
Los empresarios del transporte justifican esta alza de 4 pesos debido a las crecientes dificultades económicas que enfrenta el sector. Entre las razones que han esgrimido se encuentran el encarecimiento de los combustibles, el aumento en los costos de refacciones y mantenimiento de las unidades, así como las condiciones crediticias cada vez más complicadas para adquirir nuevos autobuses.
Los transportistas argumentan que el precio actual de 12 pesos, establecido desde el ajuste de 2019, ya no es suficiente para cubrir los gastos operativos y garantizar la sostenibilidad del servicio.
Además, han advertido que, de no aprobarse este incremento, podrían verse obligados a tomar medidas drásticas, como la reducción de rutas y horarios, lo que impactaría directamente a los usuarios. Algunos incluso han mencionado la posibilidad de suspender el servicio en ciertas zonas menos rentables, dejando a miles de personas sin acceso a una alternativa de movilidad accesible.
Por otro lado, la reacción de los ciudadanos no se ha hecho esperar. En un contexto donde la economía familiar ya está afectada por la inflación y el aumento en el costo de la vida, un incremento del 33% en la tarifa mínima representa un golpe significativo para quienes utilizan el transporte público a diario. Trabajadores, estudiantes y familias de bajos ingresos han expresado su preocupación, señalando que este ajuste podría obligarlos a destinar una mayor parte de sus ingresos al transporte, reduciendo su capacidad para cubrir otras necesidades básicas.
El ajuste que pretenden, no solo contemplaría la tarifa mínima de 16 pesos, sino que también incluiría un esquema escalonado, donde el costo por kilómetro recorrido podría elevar la tarifa máxima hasta los 29 pesos en rutas más largas. Esto significaría que, para muchos usuarios, el gasto diario en transporte podría duplicarse.
El gobierno del Estado de México, a través de la Secretaría de Movilidad, tendrá la última palabra sobre este asunto.