En un contexto de creciente tensión entre México y Estados Unidos, las recientes declaraciones del asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Mike Waltz, han encendido las alarmas al otro lado de la frontera.
Durante un discurso pronunciado hoy en la Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC), Waltz lanzó una advertencia contundente: “Vamos a desatar el infierno sobre los cárteles. Ya es suficiente. Estamos asegurando nuestra frontera y los cárteles están advertidos”.
🚨 Asesor de la Casa Blanca promete ‘desatar el infierno’ sobre los cárteles
Mike Waltz (@MikeWaltz47), asesor de seguridad Nacional de la Casa Blanca, informó que se está reforzando la seguridad en la frontera entre México y Estados Unidos y advirtió a los grupos criminales:… pic.twitter.com/5gqdYQsDDG
— Político MX (@politicomx) February 21, 2025
Estas palabras, cargadas de un tono beligerante, refuerzan la postura de mano dura del gobierno de Donald Trump, quien desde su regreso a la presidencia el pasado 20 de enero ha hecho del combate al narcotráfico mexicano una prioridad de su agenda.
La amenaza de Waltz no llega sola; esta misma semana el Departamento de Estado de Estados Unidos formalizó la designación de seis cárteles mexicanos como organizaciones terroristas: el Cártel de Sinaloa, el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), el Cártel del Golfo, el Cártel del Noreste, Cárteles Unidos y La Familia Michoacana. Esta medida, que amplía las herramientas legales y militares de Washington para perseguir a estos grupos, ha sido interpretada como un paso hacia una posible intervención directa en territorio mexicano, algo que ha puesto en jaque la relación bilateral.
La postura de Estados Unidos: un cambio de paradigma
La administración Trump ha justificado esta escalada argumentando que los cárteles representan una amenaza directa a la seguridad nacional estadounidense, especialmente por su papel en el tráfico de fentanilo, un opioide sintético que ha desatado una crisis de sobredosis mortales en el país. Waltz destacó la colaboración existente con México, señalando imágenes del Ejército Mexicano patrullando junto a la Patrulla Fronteriza estadounidense como evidencia de un esfuerzo conjunto. Sin embargo, dejó entrever que, de no obtener resultados satisfactorios, Estados Unidos podría actuar unilateralmente. “Si estas personas representan una amenaza inminente o cruzan nuestras fronteras, usaremos cualquier agencia que tengamos disponible”, afirmó, abriendo la puerta a operaciones militares o ataques selectivos.
Claudia Sheinbaum impulsa reforma para blindar la soberanía de México
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, anunció el envío al Congreso de una iniciativa de reforma constitucional destinada a reforzar la soberanía nacional frente a posibles injerencias extranjeras, particularmente de Estados Unidos. Esta propuesta, que modifica los artículos 19 y 40 de la Constitución, surge como respuesta a la reciente designación unilateral de seis cárteles mexicanos como organizaciones terroristas por parte del gobierno estadounidense, una medida que podría abrir la puerta a intervenciones en territorio mexicano.
La reforma al artículo 40 establece que el pueblo de México no aceptará bajo ninguna circunstancia actos que vulneren su integridad, independencia o soberanía, como golpes de Estado, injerencia electoral o violaciones territoriales por tierra, mar o aire. Asimismo, prohíbe investigaciones extranjeras sin autorización expresa del Estado mexicano. Por su parte, el artículo 19 busca endurecer las penas contra el tráfico ilícito de armas, imponiendo prisión preventiva oficiosa y sanciones máximas a nacionales y extranjeros involucrados, apuntando directamente al flujo de armamento desde Estados Unidos, un factor clave en la violencia del narcotráfico.
Las implicaciones de esta iniciativa son claras: Sheinbaum reafirma una postura de colaboración con Estados Unidos, pero sin ceder a la subordinación. En un contexto donde la administración de Donald Trump podría interpretar la clasificación de «terroristas» como un pretexto para acciones unilaterales, México busca blindarse legalmente contra cualquier intento de invasión o injerencismo. Además, la presidenta anunció que la Secretaría de Relaciones Exteriores ampliará la demanda contra fabricantes de armas estadounidenses, acusándolos de complicidad en la violencia transnacional.
Esta reforma no solo refleja el compromiso de Sheinbaum con la defensa de la soberanía, sino que también envía un mensaje contundente: México está dispuesto a cooperar en la lucha contra el crimen organizado, pero no a costa de su autonomía. Sin embargo, queda por verse si estos cambios legales serán suficientes para disuadir intervenciones externas, especialmente ante la postura de mano dura que Trump ha insinuado en su política exterior.
A medida que la administración Trump avanza en su agenda, el mundo observa cómo evolucionará este enfrentamiento entre la mano dura estadounidense y la defensa de la soberanía mexicana. Por ahora, el “infierno” prometido por Waltz sigue siendo una amenaza en el aire, pero su eco resuena con fuerza en ambos lados de la frontera.
Imagen ilustrativa generada con IA