En el complejo entramado del crimen internacional, Marco Ebben emergía como un personaje clave, un neerlandés cuya vida se entrelazaba con las sombras del narcotráfico global. Nacido en los Países Bajos, Ebben se convirtió en una figura de interés para las autoridades europeas, específicamente para Europol, debido a su supuesta participación en operaciones de tráfico de drogas a gran escala. Su nombre resonaba en los círculos del crimen organizado por su astucia en la logística del contrabando, particularmente en el transporte de cocaína desde Sudamérica hasta Europa.

Quien era Marco Ebben

Ebben, conocido por su capacidad para moverse entre fronteras, se había convertido en un fugitivo internacional tras ser condenado en su país natal a siete años de prisión por introducir 400 kilos de cocaína en los Países Bajos, escondidos ingeniosamente en contenedores de piñas. Su habilidad para evadir la captura lo llevó a atravesar diversos países, incluyendo Turquía, donde resultó herido en un tiroteo, y Rusia, desde donde presumiblemente obtuvo un pasaporte para continuar su fuga.

Sin embargo, su trayectoria dio un giro inesperado cuando se reportó que Ebben había encontrado refugio en México, una tierra conocida por ser campo de batalla para numerosos cárteles. Aquí, supuestamente, se alió con una de las facciones del Cártel de Sinaloa, liderada por Ismael «El Mayito Flaco» Zambada Sicairos, en medio de una guerra interna por el control del tráfico de drogas.

La historia de Marco Ebben tuvo un desenlace trágico y sangriento en el Estado de México. Reportes preliminares refieren que Ebben habría sido víctima de un homicidio en Atizapán de Zaragoza, un municipio que ha sido escenario de numerosos enfrentamientos relacionados con el crimen organizado.

Se especula que, en un intento por detenerlo, agentes de la Policía Municipal de Atizapán y de la Secretaría de Marina encontraron su refugio, pero alguien se les adelantó, ejecutándolo antes de que pudieran actuar.

En redes circulan imágenes del cuerpo inerte del sujeto, quien al parecer intentó subir a su vehículo blindado, pero ya no le dio tiempo.

Este evento no solo marca el final de una vida marcada por la huida y el delito, sino que también abre un capítulo más en la compleja narrativa de la violencia y las alianzas dentro del mundo del narcotráfico en México.

La presunta muerte de Marco Ebben, si bien no confirmada oficialmente, plantea preguntas sobre las dinámicas de poder, lealtad y traición que rigen estos oscuros pasillos.