La presunta detención de Víctor Hugo Chávez Martínez, exsecretario de Seguridad y Protección Ciudadana de Tabasco y excoordinador estatal de la Guardia Nacional en Colima, ha generado un fuerte impacto en el panorama político y de seguridad en México. Este evento, ocurrido este miércoles 30 de julio de 2025, adquiere relevancia no solo por el perfil del implicado, un militar de alto rango con una trayectoria destacada, sino también por el contexto de inestabilidad en Tabasco, donde Chávez Martínez asumió un rol clave tras la salida de su predecesor, Hernán Bermúdez Requena, actualmente prófugo de la justicia.

Un militar de carrera en el ojo del huracán

Víctor Hugo Chávez Martínez, General Brigadier Diplomado de Estado Mayor, asumió la titularidad de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana de Tabasco en febrero de 2024, tras la destitución de Bermúdez Requena, quien enfrenta acusaciones de vínculos con el crimen organizado. Durante su gestión, Chávez Martínez enfrentó un escenario de violencia creciente en el estado, marcado por enfrentamientos entre grupos delictivos, motines en centros penitenciarios y ataques armados de alto impacto.

Su breve paso por la Guardia Nacional en Colima, entre abril y junio de 2025, también estuvo rodeado de tensiones, culminando en su relevo y, ahora, en su presunta detención.

El arresto, llevado a cabo en Colima, habría sido ejecutado por autoridades federales, con el caso bajo la jurisdicción de la justicia militar. Aunque no se han revelado detalles oficiales sobre los cargos, la naturaleza militar de la investigación sugiere que las acusaciones podrían estar relacionadas con su conducta como integrante del Ejército Mexicano.

Relevancia en el contexto de Tabasco

La detención de Chávez Martínez cobra especial importancia debido a su papel como sucesor de Bermúdez Requena, cuya gestión dejó un legado de controversias y señalamientos de colusión con el crimen organizado. Tabasco, un estado estratégico por su ubicación y recursos, ha sido escenario de una lucha encarnizada entre grupos criminales que buscan controlar actividades ilícitas como el tráfico de migrantes y el robo de combustible.

La salida de Bermúdez y el posterior nombramiento de Chávez Martínez se presentaron como un intento de las autoridades estatales por recuperar la estabilidad, pero los eventos recientes sugieren que los desafíos persisten.

El arresto de un segundo exsecretario de Seguridad en menos de dos años pone en evidencia las dificultades para consolidar una estrategia efectiva contra la inseguridad en Tabasco. La captura de Chávez Martínez, si se confirma, podría interpretarse como un esfuerzo del gobierno federal por enviar un mensaje de cero tolerancia a irregularidades dentro de las instituciones de seguridad, especialmente en un estado donde la confianza ciudadana ha sido erosionada por la violencia y las acusaciones de corrupción.